En nueva Zelanda la plantilla de H&M, de acuerdo con el sindicato First Union, ha decidió diferentes movilizaciones, huelga incluida, para reivindicar mejores condiciones de trabajo. Y la empresa intenta hacer lo posible para que fracasen.
Una de las acciones propuestas era que los maniquíes de las tiendas tuvieran un cambio de imagen inesperado: un determinado día se les vestiría con prendas con el logo sindical en vez de las habituales prendas de H&M. La reacción de la empresa fue rápida tras conocer la idea, envió a todo el personal un correo electrónico en el que se calificaba de “tarea peligrosa" la manipulación de los maniquíes, y que por tanto estaba vedada al personal no cualificado y reservada a personal cualificado.
La portavoz de First Unión, Sarah Thompson, ha manifestado que este era un ejemplo típico de una empresa que utilizaba la salud y la seguridad como herramienta represiva, cuando claramente no se trataba de una cuestión de salud y seguridad genuinas, aunque reconoció que el buen manejo de maniquíes requiere una formación específica. "Si la compañía realmente cree que trabajar con los maniquíes pude ser peligroso, entonces no pongamos en riesgo a otros empleados y clientes. Tenemos que sacarlos de allí antes de que alguien salga herido".
A la vista de los peligros a los que parece ser podía exponerse la plantilla si manipulaban los maniquíes, y haciendo caso de la advertencia empresarial, los activistas sindicales han colocado una barrera de seguridad alrededor de varios maniquíes, para así preservar la integridad de clientes y empleados. De momento no consta ninguna reacción empresarial.
CCOO comparte el estupor del movimiento sindical ante el pretexto esgrimido por la empresa y ha expresado su solidaridad con First Union y las personas que trabajan en H&M en Nueva Zelanda en su movilización por mejores condiciones de trabajo. La empresa debe negociar de buena y fe hacer honor a los compromisos adquiridos con nuestra federación sindical internacional UNI Global Union.