Ellos no son los dueños de nuestra vida, solo son gestores bien pagados de una sociedad anónima

Atención a las luces rojas de riesgo en Banco Sabadell


29-04-11 Hace unos días falleció un compañero en su oficina, presuntamente a causa de un infarto. La noticia, que se ha extendido rápidamente, además de la lógica compasión que cualquier pérdida humana provoca, ha generado un sentimiento de preocupación, de duda y también, porqué no decirlo, de miedo.

(PDF:Cas)

Atención a las luces rojas de riesgo

Hace unos días falleció un compañero en su oficina, presuntamente a causa de un infarto. La noticia, que se ha extendido rápidamente, además de la lógica compasión que cualquier pérdida humana provoca, ha generado un sentimiento de preocupación, de duda y también, porqué no decirlo, de miedo: no podemos dejar de preguntarnos ¿por qué ha pasado? ¿Me podría pasar a mí? 


Obviamente, no es posible saber con certeza las causas que provocan un fallecimiento de este tipo. Todos sabemos que para PREVENIR debemos llevar una vida saludable a nivel alimenticio y deportivo, evitar hábitos insalubres: tabaco, alcohol, etc. y también evitar el estrés. Pero, ¿cuáles son las causas del estrés? Aunque son múltiples, está claro que el estrés lo provocan las emociones y éstas podríamos enmarcarlas en dos planos vitales: el personal y el laboral. Los representantes de los trabajadores no podemos acceder al ámbito de la vida privada de los empleados, pero tenemos la obligación y la responsabilidad de intentar que la vida laboral de las personas no deteriore su salud, para eso existe la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que obliga a las empresas a proteger la salud de sus empleados y a nosotros a velar porque así se haga. Existe precisamente para PREVENIR, para intentar evitar que el trabajo pueda ser causa de enfermedad. Por eso cuando, como es el caso, fallece un compañero no podemos dejar de preguntarnos ¿hemos hecho todo lo posible en el ámbito de nuestra competencia para prevenir la pérdida de salud?

Podríamos decir que la Prevención de Riesgos Laborales es como las luces rojas que se encienden en la central nuclear para avisar que hay filtraciones y riesgo con el reactor.

 

Nosotros, los representantes de los trabajadores, somos los vigilantes de esas luces rojas de la central nuclear y avisamos de que la central puede estallar. Vemos las señales: malestar en las oficinas, reducción de plantilla, trato vejatorio, acoso laboral, prolongaciones de jornada, objetivos imposibles y desconcertantes, inseguridad laboral, miedo al despido. En resumen: presión, mucha presión.Todo eso son causas claras de estrés laboral y pérdida de salud y desde hace tiempo vamos viendo las primeras consecuencias; bajas por estrés, por depresión, taquicardias, estados de ansiedad, colitis ulcerosas, psoriasis … De pronto empezamos a ver que va asomando la punta del iceberg: infartos, derrames cerebrales. (Afortunadamente pocos casos de momento).


Nosotros hemos activado las luces rojas continuamente y por eso denunciamos hace mucho tiempo, ante la Inspección de Trabajo que nos ha dado la razón, la situación de los riesgos psicosociales en la empresa. De la evaluación que se llevó a cabo se constató un "riesgo muy peligroso para nuestra salud". Hemos propuesto y pedido múltiples medidas para que esta empresa mejore esa situación de riesgo. No nos han hecho caso. De hecho, la vida laboral se deteriora paulatinamente. Las personas que trabajamos en esta empresa enfermamos cada día un poquito más.
La empresa y sus máximos gestores, contra toda lógica y ajenos a su obligación de preservar la salud de las personas que les permiten obtener sueldos espectaculares, cuando les avisamos de las luces rojas, utilizan el martillo para destrozar los pilotos de aviso, esas luces rojas que previenen de la catástrofe. Así siempre podrán argumentar que no existían luces rojas, pero sí, sí existen, las vemos cada día.

 

 

Nosotros sí nos sentimos responsables ante la pérdida de salud de los compañeros y necesitamos pediros que NO SEÁIS CÓMPLICES del destrozo de los pilotos rojos que nos avisan de los peligros propios y de las personas que conocemos. Nada ni nadie vale la pérdida de nuestra salud y mucho menos para satisfacer la ambición económica y de estatus de unos gestores que NO ESTÁN DISPUESTOS A INVERTIR RECURSOS PARA IMPEDIR EL DETERIORO DE NUESTRA SALUD. ELLOS NO SON LOS DUEÑOS DE NUESTRA VIDA, SOLO SON GESTORES BIEN PAGADOS DE UNA SOCIEDAD ANÓNIMA.

Abril de 2011