Medel ha optado por cerrar la fusión, proceso que se inició en marzo de 2011, tras intensos días de reuniones con su equipo de confianza. En las dos últimas semanas, el presidente de Unicaja ha reunido en varias ocasiones a su junta directiva en gabinetes de crisis para abordar la situación.
Como ha venido informando este medio en las últimas semanas, los diferentes ultimátum dirigidos al presidente de Unicaja, tanto por el Banco de España como por el Ministerio de Economía, han sido los que le han obligado a ceder en sus pretensiones de ruptura. De hecho, Medel exploró, en los últimos días, la unión con Liberbank, el banco liderado por Cajastur. Sin embargo, la respuesta de Manuel Menéndez fue contundente: Unicaja no entra en la hoja de ruta del SIP.
La decisión de continuar con la fusión, abre ahora al nuevo grupo la posibilidad de optar a otra operación para poder conseguir un EPA que suavice los esfuerzos para sanear el ladrillo. De hecho, desde el sector, no se descarta que Unicaja acuda al proceso de subasta de Banco de Valencia, que será la próxima entidad que será adjudicada por el Banco de España. De lo que sí gozará el nuevo grupo, que cuenta con dos bancos que deberá reducir a uno al que se segregará tanto los activos como el negocio financiero, es de los incentivos que establece para las fusiones el nuevo decreto de reforma financiera: alargar el saneamiento hasta 2013 y poder ejecutar la limpieza del ladrillo contra recursos propios.
Antes del sí definitivo de Medel, en la entidad castellanoleonesa ya se había decidido acudir al FROB ante la posible ruptura con Unicaja. Incluso, según informan fuentes conocedoras del proceso, Caja España-Duero ya había empezado a sondear a alguna entidad en pos de conseguir un socio antes del próximo 31 de marzo, fecha en la que todas las entidades tendrán que cumplimentar sus planes para cumplir con las nuevas provisiones y explicitar cómo y con quién se fusionarán.
Fuente: vozpopuli.com