Los resultados de la auditoría de Oliver Wyman publicados el pasado viernes,
vienen a confirmar la plena viabilidad del proceso de fusión con Unicaja. Sin
embargo y paradójicamente, las declaraciones de los responsables de ambos
bancos/cajas, siguen situando a ésta en la indefinición en el medio/corto
plazo.
Así, vemos como el Presidente de Unicaja habla en los medios de
comunicación sobre la necesidad de redefinir el proyecto de fusión, mientras
que los de CEISS (en nota emitida por la Oficina del Empleado) hablan de que el
futuro del proyecto todavía puede estar condicionado al tratamiento que se dé a
las preferentes o a la estructuración que tenga el Banco Malo.
De todos
es sabido que las condiciones de la Sociedad de Gestión de Activos (Banco Malo)
no se sabrán hasta finales de año; por tanto, hasta entonces no estarán
determinados ni que activos son susceptibles de venta ni cuales serán sus
precios. Por otra parte, la última reforma financiera fija el 30 de octubre como
fecha tope para que las distintas entidades tengan definidos y cerrados sus
planes de recapitalización.
Resulta evidente, por tanto, que seguimos
estando en una situación de indefinición parecida (si no peor) a la que teníamos
antes de la realización de los tests. Indefinición que está llevando a nuestra
empresa a una sangría intolerable de sus recursos y que no se puede seguir
tolerando en el inmediato futuro, tanto por los intereses del conjunto de la
plantilla, como por los del propio Banco.
CC.OO. exige que, de manera
inmediata, se defina y concrete la realización de este proceso de fusión, tanto
en fechas como en condiciones. Los gestores de CEISS y de Unicaja no tienen
ningún derecho para estar jugando, de manera impune, con el futuro laboral de
nuestra plantilla.