Nada que celebrar, nada que agradecer


Con todo nuestro cariño; dedicado a Pablo, Carmen, Luis, Raúl, Conrado, Alberto, Salva, Juan Carlos... Leer Más

Con todo nuestro cariño; dedicado a Pablo, Carmen, Luis, Raúl, Conrado, Alberto, Salva, Juan Carlos... y otros muchos compañeros y compañeras que han vivido situaciones similares.
 
6.30 p.m., suena el móvil... 
 
-- Hola Pablo, soy  (...)  Me dice el Territorial que vengas mañana a Madrid.
-- ¿A Madrid...?  Si mañana es viernes y tenemos comida del Banco, y salgo de viaje a pasar las Navidades con la familia...
-- No me digas tío, me han dicho que estés a las 13 horas en Villamagna...
 
 
Sí, Pablo. Te van a despedir... de esta empresa para la que trabajas y a la que has dado lo mejor de ti.
 
Si, Pablo, en Navidades; porque para los Recursos Humanos solo eres un número que les impide cuadrar sus cuentas.
 
Sí, Pablo; porque los sindicatos que firmaron este ERE infame, lo han posibilitado.
 
 
Hoy termina la etapa más negra de nuestra empresa; por delante se ha llevado a 1.230 compañeros y compañeras que habían dado lo mejor de su trabajo y esfuerzo para esta empresa. A cambio han obtenido un despido, un "firma aquí" (y uno menos), "esto es lo que hay" o, en algún caso, un triste burofax.
 
 
Hoy, firmantes de ERE, cuando estéis en las "comidas de empresa", brindad por todos estos compañeros y compañeras, recordadles... y veréis la triste realidad...
 
... no hay nada que celebrar; no hay nada que agradecer.