23 millones de parados en Europa exigen respuestas.

CAJA BADAJOZ. PARO EUROPEO.

Cada día que pasa más luces rojas se encienden.

Preocupa la situación de Portugal, en lo que podría ser una Grecia, bis. Y esto quita el sueño a España con un elevado grado de exposición en el vecino país. El gobierno portugués aplica un rígido programa de dramáticos ajustes.

La cumbre de la pasada semana en Bruselas confirmó la “línea dura” del eje Merkel-Sarkozy, apretando las tuercas en la obligación de reducir el déficit a la mínima expresión. Sobre la mesa rondó la escalofriante cifra de 23 millones de parados en la zona con tendencia a aumentar, de los que más de cinco corresponden a España, que de seguir la tendencia alcanzarían los porcentajes de la Gran Depresión de los años 30 en Estados Unidos. ¿Novedades? El nuevo “no” del Reino Unido y la “espantada” de República Checa gobernada por euroescépticos. Pero a la vez los indicios de que se empiezan a ver las “orejas al lobo”. Sarkozy rectifica los presupuestos galos tras conocer el avance para 2012 de un PIB en caída libre del 0,5%, frente al 1% previsto, sube el IVA, impone la tasa Tobin y hace exactamente lo contrario de lo que rechazaba tajantemente cuando llegó al Eliseo. Ante las presidenciales avanza una tímida recuperación a partir del verano. Pero se desconoce a través de qué medidas se logrará, mientras el desempleo aumenta en la zona.

Merkel es tan tenaz como lo fue en su día Thatcher. La política de ajustes y de radical disciplina presupuestaria destruye puestos de trabajo en la mayor parte de los países. Sólo el más industrial de Europa se mantiene indemne. Pero se duda sobre el tiempo que durará el buen nivel de las exportaciones alemanas. Rajoy en su primera cumbre se muestra “fiel” al modelo, pero pide flexibilidad en las exigencias a España. Con la crisis se genera “de facto” un nuevo poder. A Grecia se le impone una cesión de su soberanía económica a nivel de protectorado. Quizás con un comisario especial.

La canciller resiste contra viento y marea y necesita a Sarkozy para no presentarse ella sola como “la mala de la película”. Participará en mítines para la reelección de su aliado, pero hay “abrazos que matan” y la imagen de Merkel entre los electores galos no es precisamente grata. El punto en contra lo pone el muy activo Paul Krugman que en una conferencia en París saca los colores a la actual política europea. Dice el premio Nobel de Economía perlas como éstas: “La inflación no es el problema sino la solución. Alemania está en un error al creer que la solución pasa por la disciplina fiscal. En el futuro, ¿quién va a poder comprar sus productos? La crisis se contempla sólo como un exceso de gasto. Se atiende únicamente a las emergencias, sin respuestas para resolver los problemas de fondo. La crisis la han creado los europeos. Que no le echen esta vez la culpa ni a USA ni a Asia: es sólo suya. La rigidez de Merkel empieza a ser  un auténtico problema”. Lo decepcionante de la cumbre de Bruselas es que las medidas para la recuperación se dejan “para la siguiente ocasión”. ¿Con 30 millones de parados sobre la mesa?                                                                                                              ■ Manuel Espín 

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