De la continuidad, sostenibilidad y equidad de los servicios públicos dependerá el desarrollo y consolidación del modelo de convivencia que hemos construido a lo largo de estas cuatro décadas de democracia en nuestra comunidad, fruto de la lucha conjunta de la clase trabajadora y la ciudadanía.
El camino para preservar y avanzar en este modelo de convivencia, estos derechos sociales reconocidos y prestados a través de lo público, pasa inexcusablemente por mejorar la financiación de los servicios públicos.
Un servicio público no puede medirse, exclusivamente, en términos de rentabilidad económica porque su valor es atender al interés de la sociedad en su conjunto, y por tanto su utilidad no es la de generar beneficios sino garantizar los mayores niveles posibles de igualdad y justicia social.
Por ello, el ataque a los servicios públicos es uno de los elementos fundamentales de la ideología neoliberal que busca privatizar las actividades con más expectativas de beneficio, vender a bajo precio de empresas bien gestionadas y rentables y amenazar la calidad de los servicios esenciales o el acceso a los mismos por parte de la población dependiendo de sus ingresos.
CCOO no quiere estas políticas, la ciudadanía no quiere estas políticas, de ahí que traslademos a la sociedad andaluza la necesidad de poner en valor los servicios públicos.
Que no nos vendan humo, con menos ingresos no son posibles más servicios públicos. Y sin servicios públicos no hay igualdad, solidaridad, paz social ni justicia.