8 de febrero de 2023.
Para el estudio, la respuesta a esta última crisis, a diferencia de la que se llevó a cabo tras la crisis financiera de 2007, ha estado caracterizada por un esfuerzo en el mantenimiento del empleo, de forma que en el último año se han superado ya los 20 millones de cotizantes en Seguridad Social, cifra que no se alcanzaba desde 2007 y se ha conseguido flexionar la cifra de personas desempleadas por debajo de los 3 millones, por vez primera desde 2008.
La inyección de fondos económicos provenientes de la UE a través del programa Next Generation ha desencadenado diferentes reformas en la economía española. Así, transformaciones productivas derivadas de la digitalización y la servitización de la economía, consolidan a las actividades de Servicios Técnicos como nichos de empleo, haciendo que actividades informáticas y profesionales, técnicas y de consultoría, muestren el crecimiento más rápido; mientras que el impacto de la crisis energética impacte negativamente sobre la industria del transporte y colateralmente, la venta y reparación de vehículos soporte una pérdida de empleo significativa.
Sin embargo, la digitalización de la economía está transformando la estructura ocupacional del mercado de trabajo, haciendo que las ocupaciones elementales pierdan peso específico, especialmente en sectores como por ejemplo el de Comercio.
A pesar de estos avances a nivel de empleo, el contexto inflacionista excepcional e imprevisto que hemos empezado a sufrir como consecuencia de la crisis energética y la guerra en Ucrania, ha derivado en una pérdida de poder adquisitivo de las rentas del trabajo, con subidas salariales que en promedio aún no consiguen contrarrestar en su integridad el efecto de la inflación, a pesar del impulso a la negociación colectiva en sectores más organizados sindicalmente, y con unos beneficios empresariales que alcanzan valores extraordinarios en 2022.
Si a este hecho unimos las consecuencias de la política monetaria restrictiva para luchar contra las subidas de precios, materializada en una escalada de los tipos de interés que afecta a los préstamos hipotecarios y reduce aún más la renta disponible de las familias, el resultado final es el aumento de la desigualdad en la sociedad española. En consecuencia, se comprueba cómo ganan peso específico las rentas salariales enmarcadas en los niveles salariales más altos.
En este sentido, el estudio de las bases medias de cotización refleja una devaluación salarial que unida al contexto inflacionista sitúa a las rentas del trabajo, especialmente en caso de la contratación fija discontinua y a tiempo parcial, como las más afectadas en el último año en términos de poder adquisitivo, validando aún más la importancia del incremento del SMI impulsado desde CCOO y las reivindicaciones sindicales de actuación sobre la parcialidad en los convenios colectivos.