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Te están siguiendo. Control y vigilancia electrónicos en el lugar de trabajo. Andrew Bibby
A nadie le gusta sentirse espiado. Para muchos trabajadores la sensación de que su empleador podría estarlos controlando subrepticiamente les deja mal sabor de boca.
Resulta difícil creer que esto puede llevar al sentimiento de confianza, base de toda relación de empleo.
Lamentablemente, como se destaca en este informe, hay cantidad de nuevos artilugios y artefactos disponibles para los empleadores que deciden que quieren someter a su personal a altos niveles de control y vigilancia electrónicos.
Por ejemplo, las diminutas tarjetas de identificación por radiofrecuencia (RFID, por la sigla inglesa del sistema), que pueden utilizarse para ver donde se encuentra una persona cada minuto del día y que pueden integrarse en los pases del personal o incluso coserse en los uniformes de trabajo.
El RFID junto con otras tecnologías de seguimiento como los sistemas por satélite GPS pueden significar potencialmente que las personas nunca puedan sentirse verdaderamente libres, incluso durante sus recesos y precisamente su tiempo libre.
Luego está la videovigilancia (ahora muy acentuada por la capacidad de los programas de analizar imágenes digitales), el monitoreo del teclado, el control de llamadas telefónicas, el control del correo electrónico y una multitud de otras formas por las que los trabajadores individuales pueden sentirse permanentemente vigilados.
Lejos de una tecnología de información que ayuda a liberar el potencial humano y a construir una sociedad del conocimiento, a veces parecería que más bien se está usando para reducir el potencial de pensamiento y acción independientes en el lugar de trabajo. Simultáneamente estamos viendo amenazado el derecho humano fundamental al respeto y a la dignidad en el trabajo.
Evidentemente, la nueva tecnología de por sí no es algo malo a lo que hay que oponerse. El objetivo de este informe es más bien poner de relieve algunos de los abusos que están teniendo lugar en el lugar de trabajo, a veces muy posiblemente porque los empleadores sencillamente han caído en adoptar opciones que les ofrecen los programas sin verdaderamente detenerse para pensarlo bien.
UNI está determinada a contribuir a erradicar estos abusos, buscando simultáneamente apoyar el desarrollo de la mejor práctica.
Philip J. Jennings Secretario General de UNI
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