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CAJA BADAJOZ. JUNTA DE EXTREMADURA Y OPOSICION HABLAN SOBRE LA FUSION.
Junta y oposición rechazan que la fusión borre del mapa a las cajas extremeñas.
La identidad y arraigo de las cajas de ahorro de la región peligraría si se fusionaran, en lo que sería casi una absorción, con entidades foráneas de gran tamaño como la andaluza occidental Cajasol.
Es un temor que circula en estos momentos entre los dirigentes extremeños del PSOE y del PP, que preocupa a sus máximos líderes, Guillermo Fernández Vara y José Antonio Monago, y del que hablaron en un encuentro que discretamente mantuvieron ayer por la tarde en Mérida.
A raíz del incendio de las Hurdes hablaron días atrás del problema económico que se presenta en la comarca, y quedaron en entrevistarse ya que el líder de la oposición tenía interés por tratar personalmente cuestiones como la financiación autonómica, el panorama de las cajas de ahorro, o la preparación del pacto político y social que el presidente Fernández Vara anunció recientemente en la Asamblea de Extremadura.
Comunidad huérfana
La concentración de las entidades financieras, y en particular de las cajas de ahorro, es un asunto totalmente abierto cuyo desenlace es francamente imprevisible según convienen ambos políticos.
Lo que en principio parecía una hoja de ruta clara, y así lo solicitaron PSOE y PP de forma unánime en la Asamblea, como era la previa fusión de Caja Extremadura con Caja Badajoz para buscar luego integraciones o alianzas con entidades de otras comunidades, está siendo superado por los acontecimientos ya que el Banco de España y el Gobierno central recomiendan fusiones rápidas y que den como resultado una caja con al menos 50.000 millones de euros en activos.
En estos momentos no hay nada ni mucho menos decidido en cuanto al futuro de las dos extremeñas. «Ni si se fusionarán primero entre ellas y luego con otra, o cada una se integrará por su cuenta en otra alianza», refieren fuentes políticas.
Lo que no resulta del agrado ni de Vara, ni de Monago, es la unión con una gran entidad que acabara borrando del mapa, con el tiempo, cualquier huella de la existencia anterior de las cajas extremeñas.
Otras posibilidades
Por eso frente al deseo manifiesto de la sevillana Cajasol, figuran otras posibilidades como las de Cajastur o Cajamurcia, que están entre las siete más solventes en el panorama español de ese tipo de entidades; tampoco hay ascos hacia alguna caja vasca, igualmente entre las más potentes.
En medio de esta incertidumbre José Antonio Monago ha sugerido pedir opinión a todos los expertos que desfilaron por la comisión de la Asamblea cuya conclusión fue pedir la fusión de las dos extremeñas; en cualquier caso junto a Vara se sitúa en posición de respeto a lo que decidan ellas, si bien van a emplazarlas, una vez en septiembre tengan renovados todos sus órganos ejecutivos, a que propongan una hoja de ruta.
En este proceso el Partido Popular ha expresado a los socialistas la conveniencia de que al frente de las entidades de ahorro no haya personas de marcada filiación política, máxime cuando esos responsables van a pilotar un escenario de fusiones en la que las entidades, y la Comunidad en general, mucho se juega.
En este aspecto parece haberse frustrado el amago de nombramiento, como subdirector general en una de estas cajas extremeñas, de un alto cargo actual en la Administración autonómica.
El horizonte está abierto. Y queda claro que los intereses autonómicos que se reflejan en las cajas no se van a plegar como una orden al umbral de 50.000 millones de euros en recursos que predica el Banco de España.