Archivado en Comunicados, Elecciones sindicales
CAJA PENEDÈS, una ENTIDAD ATÍPICA
comunicado
Nuestra entidad, desde siempre, ha sido peculiar, por decirlo con un eufemismo. Una entidad que empezó siendo comarcal, y que fue creciente, primero despacio, y de una manera rápida a finales del siglo pasado.
Pero fue un crecimiento atípico, desproporcionado. Porque el crecimiento del cuerpo no correspondía al de la cabeza. Es decir, que mientras la plantilla iba aumentando en proporciones considerables, mientras se iba extendiendo por nuestra geografía la mentalidad, la imaginación, la capacidad de la Dirección seguía siendo el de una caja pequeña, comarcal.
Por ello, el tratamiento que daba a los sindicados representantes legales y legítimos de la plantilla- seguía siendo el mismo que nos habían dado durante la transición. Sólo cambió la forma (y no del todo) pero no el fondo. Seguíamos siendo considerados los enemigos. No es de extrañar, pues, que esta Dirección creara un sindicato propio, uno de aquellos que los sindicatos de clase denominamos amarillos. Y tampoco es de extrañar que intentara por todos los medios a su alcance inclinar la balanza de las elecciones que había en cada centro o unión de centros. Allí dónde han podido evitar que otras sindicatos confeccionáramos una candidatura, lo han hecho, allí dónde no lo podían hacer, intervienen con otras maneras más sutiles.
¿Por qué en algunos lugares su interferencia es más efectiva que en otras? La explicación es muy sencilla: porque allí dónde las elecciones ya no son ninguna novedad, dado que son las sextas o las séptimas (eso es: 24 o 28 años) el miedo a posibles represalias por figurar en una candidatura mala, ya ha desaparecido. Allá dónde los trabajadores y trabajadoras son veteranos, este miedo es relativitzada, minimizada. Pero, evidentemente en las zonas dónde los compañeros y compañeras son nuevos, especialmente si no han tenido nunca, en su zona, una experiencia de elecciones sindicales ni de un Comité de Empresa con un funcionamiento normal, son habitualmente presa de amenazas malintencionadas y víctimas del pánico a ser juzgados no por su profesionalidad, sino por figurar eventualmente en una candidatura no amiga de la Dirección, por decirlo con las mismas palabras del personaje que reclutó la candidatura de Valencia, por ejemplo, o la de Castellón, verbigracia.
¿Y qué hace la Dirección mientras tanto? Protestar enérgicamente por el delante, cuando los acusamos directamente, pero sonreír complacidos por detrás, cuando comprueban que sus atláteres hacen bien su trabajo. Un buen ejemplo fue la nota aparecida al Foro interno de Valencia firmada por su jefe de Zona, donde afirmaba su imparcialidad. Duró, a la vista de todo el mundo, menos de media hora. ¿Qué debió pasar para que su visualización fuera tan breve que casi nadie la pudiera leer? ¿Hubo alguna intervención... superior que motivó la inmediata retirada de aquellas palabras tan sensatas?
Ahora todo ha entrado en un dinamismo nuevo, forzados por una fuerza centrífuga que nos arrastra a todas las entidades financieras, como un remolino: la crisis y la necesidad (impulsada por el Banco de España) de las fusiones. Naturalmente, en un proceso de esta magnitud, el papel de los representantes de los trabajadores no es un papel secundario. La gestión de la integración de las plantillas, la negociación por las nuevas condiciones laborales (como la que se está llevando a cabo, eficazmente, en la fusión de las cuatro cajas catalanas, con casi un 70% de representación de CCOO) y la necesaria oferta de prejubilaciones a nadie se le escapa que, en cualquier caso, sobrará gente- podrían ser palos en las ruedas para los intereses de los magnates, a menudo intereses alejados de los trabajadores y trabajadoras afectados por todos estos procesos. Y, naturalmente, si el sindicato mayoritario es un sindicato no amigo de la Dirección, sino amigo de la plantilla, puede dificultar un proceso de fusión hecho a medida de los equipos de las diferentes direcciones.
Mientras que si el sindicato mayoritario fuera amigo de la Dirección, esto podría allanar el camino hacia una integración que priorizara los intereses de los altos directivos. No se puede servir a la Dirección y a la vez a los trabajadores.
Debe de ser por eso que últimamente encontramos más dificultades de las habituales, en los procesos electorales. Incluso en zonas dónde ya ha habido varios procesos electivos, como Lleida, dónde CCOO hemos ganado en las tres últimas ediciones, su jefe de Zona intentó torpedear nuestra candidatura (en vano, porque, allá, los compañeros y compañeras, ya no se dejan engañar tan fácilmente).
La Dirección prepara el terreno para un más que posible próximo proceso de fusión-integración. No quieren que los máximos representantes vuestros seamos un sindicato que no se pliega fácilmente a las presiones de los que mandan. Querrían que los que ostentaran la mayoría de la representación laboral, fueran aquellos que ladran, que saltan, que corren detrás del hueso que les tira su amo. Estos mismos que ahora, en un comunicado/payasada a los cuales nos tienen acostumbrados, afirman que
Por el momento, pero, exceptuando los Comités de Madrid y Valencia, dónde no tenemos presencia porque no pudimos presentar candidatura- en todos los otras Comités de Caja Penedès somos mayoría. Y nosotros no hace falta que proclamemos que estamos preparados, las fusiones que ya se están negociando lo proclaman bien claro. Y, si llega el caso de hacerlo en Caja Penedès, haremos aquello que hacemos en las otras fusiones, aquello que hemos hecho siempre. Defender con garantías y firmeza las condiciones de los compañeros y compañeras.
5 de octubre de 2009 com. 54/09
Afíliate a COMFIA-CCOO
comprometidos contigo
"Estar al dia@dia.net te interesa"
Si quieres recibir las noticias del sector gratuitamente, suscríbete.