Existe desde hace tiempo una sensación de malestar ampliamente extendida en relación a las pólizas que tenemos los empleados con Mapfre y, en general, a numerosos aspectos relacionados con este beneficio social.

Esto se ha vuelto a poner de manifiesto en el debate que se desarrolla estos días en la red, a través de los blogs de CC.OO., con miles de entradas de empleados y decenas de comentarios. Invitamos a todos a navegar y a participar en el debate en www.ccoocajamadrid.es

CC.OO. ha planteado este asunto, una vez más, en la negociación que se desarrolla actualmente en la Caja, pero creemos que el creciente interés y demanda de la plantilla merece nuevas iniciativas. Por ello, proponemos :

A los demás sindicatos: una reunión para unificar criterios, porque el asunto interesa a todos, todos tenemos algo que decir y existe acuerdo en la plantilla al respecto.

A la Caja: una reunión monográfica para abordar todos los aspectos relacionados con las pólizas que mantenemos los empleados con Mapfre.  

La plantilla está convencida de que la relación con Mapfre es manifiestamente mejorable, en lo que atañe a los beneficios sociales de los empleados. La lista de quejas es tan larga como conocida:

- La plantilla tiene la percepción mayoritaria de que Mapfre no nos trata bien, ni individual ni colectivamente, aunque siempre hay excepciones y cada uno tiene su propia experiencia.

- Los empleados, en buena medida, desconocemos qué derechos tenemos, cuáles son las condiciones y coberturas reales de las pólizas, y cuáles los descuentos y beneficios reales.

- Los empleados tenemos la sensación de que otros colectivos disfrutan de mejores ofertas que nosotros, a pesar de la privilegiada relación institucional Mapfre-Caja Madrid. 

- Los sindicatos tenemos mejoras concretas que proponer en cuanto a costes y coberturas.

En el plano profesional, la plantilla tiene una cierta sensación de dumping por parte de Mapfre, que puede ofrecer al cliente mejores condiciones que nosotros en sus productos. A veces es difícil vender estos productos, y no sólo porque Mapfre puede mejorar nuestra oferta, sino por lo que representa tener que remontar un estado de ánimo: ¿con qué convicción podemos ofrecer un producto, si el cliente cruza la acera, recibe una oferta mejor, luego vuelve, nos lo cuenta, y se nos queda la cara que se nos queda, sin poder hacer nada?. Esto es frecuente y, en todo caso, cabe replantearse qué peso debe tener la venta de seguros en la retribución variable de los empleados.     

Ya no vale, en definitiva, con decir que todo esto depende y es cosa de Mapfre, sino que la Caja tiene una responsabilidad y tiene que hacer algo al respecto. Así se lo demanda su plantilla, de forma unánime.

Madrid, 14 de septiembre de 2009