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Como nos analizan en Internet
El
proceso de fusión de las cajas catalanas ha dejado grabada en la memoria
financiera una triste historia de amor: Caixa Penedès pidió la mano de
Caixa Laietana. Laietana se la negó. Quiere seguir soltera cuanto más tiempo
mejor. Y, si es posible, poder elegir un pretendiente de altura. La situación
se repitió varias veces a lo largo de los últimos meses, según manifestaron a El
Confidencial diversas fuentes consultadas. Estas dos entidades son las
únicas que quedan en la comunidad sin haber iniciado un proceso de fusión, si
exceptuamos la poderosa Caixa de Pensions, que no necesita compañeros de viaje
para el futuro. La reorganización del mapa de las entidades de ahorro ha dado
ya como consecuencia una fusión entre las cajas de Sabadell, Terrassa, Girona y
Manlleu, por un lado, y Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa por otro, operación
que todavía se está diseñando pero que se prevé que quede cerrada la semana
próxima.
Caixa
Penedès, presidida por Josep Colomer y con Ricard Pagès como
director general, tenía interés en ganar músculo con una entidad a la que
pudiese absorber como Laietana, que preside Jaume Boter y dirige Josep
Ibern. La primera tiene unos activos de 23.000 millones, mientras que la
segunda no llega a los 9.500 millones. Con la fusión, podría tratar de
emprender una operación de más alto alcance, con una fusión fuera de Cataluña.
Sin embargo, hasta el momento, nadie ha movido ficha tras la negativa de
Laietana a someterse a Penedès, aunque hubo varias reuniones al más alto
nivel para hablar del tema.
El
tiempo se echa encima, ya que el Banco de España ha dado de plazo hasta el 31
de diciembre para que se acometan los procesos de fusión. Quien no haya hecho
los deberes, que se atenga a las consecuencias, porque se le dirá con quién ha
de emparejarse, señaló a El Confidencial una fuente de la
Administración.
Fuentes
internas de Caixa Penedès señalaron también a este diario que hay
negociaciones con cajas de fuera, pero se llevan muy en secreto. De todos
modos, es posible que en quince días se deshoje la margarita y se haga público
algún principio de acuerdo. Otras fuentes son más pesimistas y afirman que
Penedès, que tenía una muy buena posición al ser la tercera caja de Cataluña, está
a punto de perder el tren. No puede ser que a estas alturas, cuando otros
procesos ya están maduros, ella siga cuestionando ser cola de león en vez de
cabeza de ratón. Esta misma fuente subraya que a este paso, la única
posibilidad que le quedará es ir de mochila con alguna caja de otra comunidad.
Otra fuente del sector añade que es posible que Penedès se quede al final como
moneda de cambio y que se deje englobar a cambio de que uno de los grupos
catalanes tome posición en otras entidades de fuera.
En
el sector financiero, sin embargo, se sostiene que la Generalitat hará todo lo
posible para que pueda abanderar algún proceso intercomunitario, aunque en
algunos círculos se pone en duda esta afirmación: Por su tamaño no puede
pretender salir fuera a pescar. Más bien será la pieza perfecta como para que
la pesquen a ella. Es cierto que desde la Generalitat harán todo lo
posible para que ella pilote la fusión, pero será muy difícil. Habrá que
esperar a ver qué ocurre, porque las otras comunidades tampoco están dispuestas
a que una caja de fuera absorba a las de su territorio.
Irrupción de La Caixa
Esta misma
fuente señala que Caixa Laietana, por el contrario, es fácil de encajar en
cualquier lado. Lo más seguro es que acabe siendo el instrumento de un cambio
de cromos. En este sentido, una de las teorías más firmes es que, finalmente, sea la Caixa de Pensions quien se la quede,
lo que no representaría para ésta demasiados dolores de cabeza. Evidentemente,
este favor se le pagaría a La Caixa de alguna manera, como por ejemplo,
facilitándole una ficha bancaria, añade la fuente.
De
momento, sin embargo, tanto Penedès como Laietana han comenzado una política de
adelgazamiento con el fin de ponerse guapas para el baile de gala.
Ambas entidades han comenzado justamente antes de las vacaciones una política
de despidos que ha sublevado a las centrales sindicales. En Penedès, por
ejemplo, los contratos indefinidos que se habían realizado últimamente no se
renovaron tras el periodo de prueba. En
total, un centenar de trabajadores se vieron afectados. Paradójicamente,
muchos de estos trabajadores fueron contratados de nuevo en el mes de julio
para cubrir las bajas por vacaciones de otros trabajadores. Si no habían
pasado el periodo de prueba, ¿cómo es que los vuelven a contratar?, se
pregunta un alto dirigente sindical. La entidad también realizó varios despidos
sabiendo que eran improcedentes y así lo reconoció más tarde, abonando elevadas
indemnizaciones para no readmitir a los empleados. En Laietana, la situación es
similar y CCOO ha comenzado ya movilizaciones para protestar contra los
despidos producidos en julio y agosto, todos de personal fijo, según el
secretario general de la sección sindical de CCOO, Esteban Martínez.
Fuentes sindicales
manifestaron a El Confidencial que ni Penedès ni Laietana han cultivado
nunca favores políticos y han llevado políticas laborales muy malas. La prueba
está en que Laietana es la última de
las cajas españolas en condiciones laborales y Penedès, la antepenúltima.
Las direcciones son soberbias
no están acostumbrados a negociar. Esta falta de costumbre en la negociación
debe ser la que les la impedido haber encauzado aún sus respectivos procesos de
fusión. Pero, sea de una manera o de otra, no tendrán más remedio que fusionarse con alguien. Si no lo eligen
ellas, se lo elegirán las autoridades competentes.