Archivado en Comunicados, Fusiones
CONFIANZA
Comunicado Caixa Tarragona
Hay conceptos tan básicos que se da por supuesto que todo el mundo los tiene claros, sobretodo aquellos que ostentan responsabilidades al frente de equipos humanos. Desgraciadamente, tenemos que decir que hay quien, una vez tras otra, se encabezona en hacer ostentación de su ignorancia, mostrando un desconocimiento peligrosísimo de la diferencia entre dirigir y mandar, entre motivar e imponer, entre ser y aparentar, entre trabajar por el éxito o poner todos los medios para conducir al fracaso.
La fusión de nuestra entidad seguramente supondrá el reto más grande al que nos deberemos enfrentar a lo largo de nuestra vida laboral. Para que todo salga bien, será preciso que todos mantengamos un enorme esfuerzo continuado que ya venimos haciendo desde hace mucho tiempo. El proceso de integración requerirá sacrificios que la plantilla sólo estará dispuesta ha hacer si vemos que tienen un sentido de futuro y confiamos en aquellos que lo deben encabezar.
Para que todo vaya bien, es preciso generar confianza. Confianza en el sentido, en quien lo encabeza y en la voluntad de tratar con buena fe a las persona que deben hacerlo realidad.
Los hechos ocurridos en el centro tecnológico del Prat el lunes pasado han fracturado esta confianza. Comunicar unos traslados de departamentos sin aclarar cómo afectarán a las personas implicadas, hacer cambios de personal de oficinas justo en estos momentos, no hace otra cosa que añadir angustia de manera gratuita a una situación ya de por sí llena de incertidumbre. El hecho que se haya ocultado a los sindicatos, durante la negociación, que habría este traslado de actividad, ha roto la confianza en la buena fe negociadora de las direcciones.
Lo que se firmó no es un acuerdo, son unas bases que hay que desarrollar antes de llegar a un pacto laboral propiamente dicho. En la situación actual parece difícil sentarse a trabajar sobre una base que ha quedado devaluada por la actuación de una de las partes. La plantilla se verá abocada a asumir un proceso de integración sin las garantías de un acuerdo laboral, la nueva entidad nacerá arrastrando un lastre que sin duda afectará a su funcionamiento. Sólo las direcciones son responsables.
Para que todo vaya bien, es preciso generar confianza. Confianza en el sentido, en quien lo encabeza y en la voluntad de tratar con buena fe a las persona que deben hacerlo realidad.
Los hechos ocurridos en el centro tecnológico del Prat el lunes pasado han fracturado esta confianza. Comunicar unos traslados de departamentos sin aclarar cómo afectarán a las personas implicadas, hacer cambios de personal de oficinas justo en estos momentos, no hace otra cosa que añadir angustia de manera gratuita a una situación ya de por sí llena de incertidumbre. El hecho que se haya ocultado a los sindicatos, durante la negociación, que habría este traslado de actividad, ha roto la confianza en la buena fe negociadora de las direcciones.
Lo que se firmó no es un acuerdo, son unas bases que hay que desarrollar antes de llegar a un pacto laboral propiamente dicho. En la situación actual parece difícil sentarse a trabajar sobre una base que ha quedado devaluada por la actuación de una de las partes. La plantilla se verá abocada a asumir un proceso de integración sin las garantías de un acuerdo laboral, la nueva entidad nacerá arrastrando un lastre que sin duda afectará a su funcionamiento. Sólo las direcciones son responsables.
Diciembre-2009
Ver en PDF