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Las cajas de ahorros, las fusiones y la defensa de un modelo social
FUSIONES / SIP
El modelo social, que representan las cajas, define sus diferencias dentro del sistema financiero, en la manera en la que devuelven a la ciudadanía sus rendimientos como empresa.
Comprar una vaca en la Italia del siglo XV o un piso en la España del siglo XXI habría sido muy difícil para determinados grupos sociales sin la existencia de lo que hoy conocemos como Cajas de Ahorros. Este fenómeno que hemos dado en llamar inclusión financiera no es otra cosa que facilitar crédito, y por tanto fomentar el ahorro, de aquellos colectivos más desfavorecidos, que por su renta o por su origen, no encontraban en el sistema financiero solución a sus problemas, ya fuera en el siglo XV o en el siglo XXI.
Es difícil para quieen no conoce la historia, y la realidad, de las Cajas de Ahorros, valorar con rigor lo que se juega la sociedad española, cada vez que las noticias del día vienen encabezadas por el anuncio de dificultades para tal o cual Caja. Y más difícil todavía, si tenemos en cuenta que la mayoría de la población no percibe diferencias entre los bancos y las cajas de ahorro.
No hay tiempo, ni sosiego informativo, para entender que las Cajas de Ahorros, han desarrollado en si mismas un Modelo Social de entidad financiera, que hoy sirve de contrapeso dentro del sistema financiero español, de la misma manera que en el siglo XV surgieron para combatir la usura imperante. Dicho de otro modo tienen una función reguladora del mercado y ni entonces, ni ahora, faltan intereses contrarios a esta función.
Este modelo social, que representan las cajas, define sus diferencias dentro del sistema financiero, en la manera en la que devuelven a la ciudadanía sus rendimientos como empresa: Participación en los órganos de gobierno, Inclusión financiera y Obra Social.
La ciudadanía, la clientela, y la plantilla encuentran canales democráticos para llevar a sus representantes hasta los órganos de gobierno de cada Caja y esta participación institucional, en los órganos de gobierno, se constituye en un derecho que debiera ser respetado en cada proceso de fusión.
La ciudadanía se beneficia de las iniciativas que se desarrollan a través de la obra social de cada Caja, que está obligada a devolver en especie una parte importante de sus rendimientos. Museos, Edificios Históricos, Eventos, Cultura. En definitiva Sociedad.
Pero algunas Cajas son, hasta el momento, las entidades financieras más castigadas por la crisis, y hay quién tiene interés en centrar el problema en esa naturaleza social del modelo, confundiendo participación con apropiación, inclusión social con crédito promotor y obra social con despilfarro. Nada más lejos de la verdad.
El empleo no entiende de fronteras y sólo florece en empresas viables. Las soluciones para las Empresas del sector pasan necesariamente por una reestructuración ordenada, basada en una concentración de empresas, que esté orientada a mejorar la rentabilidad, la solvencia y la eficiencia de la entidad resultante. La viabilidad de esa entidad será la mejor garantía para el empleo interno de las Cajas, y los efectos sobre el crédito deben favorecer la creación de empleo en la sociedad. Sí no se hace así, puede ser pan para hoy y hambre para mañana.
Hacerlo bien requiere un compromiso, de todas las partes implicadas, que encuentre su punto de equilibrio entre el respeto al empleo, la viabilidad de la empresa resultante y el respeto a ese Modelo Social que suponen las Cajas de Ahorros.
Habrá que modificar la legislación para buscar salidas a la capitalización de las entidades, respetando el modelo social, dentro del FROB. Habrá que defender el empleo con protocolos que den garantías a los trabajadores y trabajadoras de las empresas. Y habrá que defender ese modelo de los ataques que viene recibiendo de aquellos que quieren atajar, convirtiendo en bancos un bien social.
Es difícil explicar, y difícil entender en medio de una crisis tan vertiginosa, que el problema de cualquier Caja, no es sólo un problema económico o laboral. Es también, y sobre todo, un problema social que nos afecta como personas más allá de la vinculación, o no, con la entidad en cuestión.
José María Martínez Secretario General de COMFIA CCOO
Revista de Acción Sindical