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Campo de concentración
Referido a nuestra Entidad, el
título de este comunicado puede parecer desmesurado, y quizás lo sea. Pero es
que cada día que pasa, algunos de nosotros pensamos que nuestra Entidad va
adoptando la forma de un campo de concentración.
Referido a nuestra Entidad, el
título de este comunicado puede parecer desmesurado, y quizás lo sea. Pero es
que cada día que pasa, algunos de nosotros pensamos que nuestra Entidad va
adoptando la forma de un campo de concentración.
Por un lado, nos llegan voces sobre
unas posibles actuaciones llevadas a cabo por auditoría, consistentes en el
repaso de contratos de clientes, para comprobar la veracidad de las firmas en
ellos registradas. Hasta aquí, todo normal. Sin embargo, estas mismas voces nos
alertan de que estos contratos se están enseñando a los clientes para que
reconozcan, o no, si las firmas registradas son suyas. Contratos firmados,
algunos, hace meses o incluso años, y que a buen seguro no serán ni siquiera
recordados por los propios interesados. ¿A qué viene ahora este exceso de celo?
¿A qué estas persecuciones y sospechas? ¿No será que le quieren buscar los tres
pies al gato, para justificar posibles despidos?
Por otro lado, algunos compañeros
y compañeras han sido regañados por guardar... ¡una chocolatina! en cajones de
la empresa, e incluso alguien ha recibido una amonestación por su particular
manera de vestir.
En Mataró, el Jefe de Zona, ha ido
más allá, y ahora pide a su personal que, por escrito, le envíen su disponibilidad
en horas y días para la Entidad, fuera de su horario laboral, claro. Este
intento de convertir nuestra empresa en un campo de concentración, donde nos
pasaremos encarcelados desde la salida del sol hasta muy entrada la noche,
controlados en toda y cada una de nuestras actuaciones, responde a una política
inadmisible que no sólo perturba nuestra intimidad, sino que supone una
intolerable vulneración de nuestros derechos.
En cuanto al Jefe de Zona de
Mataró, tendremos que recordarle que, en primer lugar, no entra dentro de sus
prerrogativas como jefe exigir, ni verbalmente ni por escrito, a sus empleados
y empleadas que le informen de nada que ataña a su vida privada, y mucho menos
que le den cuente de aquello que tiene que ver con el goce de su tiempo libre.
En segundo lugar, le tendremos que recordar que el horario que tenemos que
dedicar a nuestra Entidad viene regulado por nuestro Convenio Colectivo, que
tiene rango de norma legal, y por lo tanto el incumplimiento del mismo supone
una trasgresión jurídica que puede comportar consecuencias de tipo judicial.
Estamos, pues, ante una clara trasgresión
de nuestro Convenio Colectivo, así como ante una clara agresión contra la
conciliación de la vida laboral y familiar. Por ello, nos hemos dirigido al
Jefe de Recursos para pedirle que ordene a este Jefe de Zona que retire la
orden y en caso de haber recibido ya alguna contestación por escrito de sus
empleados i/o empleadas, las destruya.
Para finalizar, les queremos pedir
a nuestros compañeros y compañeras que no contesten ni verbalmente ni por
escrito este tipo de peticiones, por abusivas y porque atentan contra nuestra
intimidad.
Y por último, le queremos decir a
este Jefe de Zona y a otros como él, que no todo vale, que no puede ser que
acepten como natural todo aquello que se les pida desde la Alta Dirección, no
sea que al final, en vez de profesionales del negocio financiero, acaben
convirtiéndose en guardianes de un campo de concentración.