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La futura Caja
Opinión
La fusión entre Caja España y Caja Duero va a ser, sin duda, la noticia de 2010. Esta fusión hay que contemplarla dentro de la reorganización de todo el sistema financiero español. Si no hubiera habido fusión, Caja España y Caja Duero habrían tenido que empequeñecerse y, ejecutar sendos planes de reestructuración con cierre de oficinas y despidos.
La fusión entre Caja España y Caja Duero va a ser, sin duda, la noticia de 2010. Esta fusión hay que contemplarla dentro de la reorganización de todo el sistema financiero español. Si no hubiera habido fusión, Caja España y Caja Duero habrían tenido que empequeñecerse y, ejecutar sendos planes de reestructuración con cierre de oficinas y despidos.
La fusión ha sido la solución más lógica, ya que, entre otros motivos, supone la creación de una caja de ahorros fuerte y sólida en Castilla y León.
La actitud de los negociadores de Caja España ha sido la más correcta. Caja España y Caja Duero son entidades similares, cada una de ellas con sus fortalezas y debilidades y con muchos problemas, como todo el sector de cajas, para afrontar este difícil año 2010.
En este año, algunas cajas de ahorro del país darán pérdidas en sus balances, algo que no es habitual en España, pero que en esta ocasión será necesario para poder sanear balances y aflorar todos los lastres del sector inmobiliario.
Negociar con generosidad, sin condiciones previas y poniendo todos los elementos sobre la mesa ha sido la mejor estrategia. Se buscaba un reparto paritario, al 50 por ciento, sin vencedores ni vencidos y, al final, así ha sido. Ahora queda lo más difícil, el acuerdo del pacto laboral, que habrá de definir la reestructuración del personal, que se basará, como no puede ser de otra manera, en prejubilaciones y en bajas incentivadas.
No puede haber despidos, porque eso haría fracasar la fusión. El coste será alto, pero las dos cajas deben ser generosas con sus empleados, que son los verdaderos artífices de balances y resultados económicos.
Las estrategias de las direcciones de ambas cajas pueden ser discutidas y hasta puestas en duda, pero la profesionalidad, actitud y entrega de los empleados están contrastadas.
Ahora toca el turno de los empleados, sabiendo que la nueva Caja ha de nacer con una plantilla motivada e ilusionada. Será caro, pero necesario por el bien de la futura Caja, del sector financiero y por la Comunidad de Castilla y León.
TERESA SÁNCHEZ-VAQUERA
ABC