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Crisis económica y crisis de valores.
Estamos asistiendo a una crisis económica la cual afrontaremos con esfuerzo, pero también a una crisis de valores de quienes nos gobiernan, y precisamente esa última es la más preocupante.
Desde
Hace años que augurábamos que de anorexia también se
muere, pero al parecer ya hemos entrado en la fase de negación de la realidad,
y en las oficinas estamos asistiendo diariamente al desmantelamiento del
negocio, la obsesión por la rentabilidad
es tal que todo lo que a primera vista no es rentable, se elimina, y lo que
es peor nuestra clientela padece nuestra falta de agilidad en todos los
aspectos, vemos como para poder dar precio a una operación de pasivo pueden
pasar semanas, asistimos a una etapa en que a los puestos de dirección se les
han quitado las atribuciones, si tuviéramos que medir estos puestos de confianza
por las atribuciones que se les concede llegamos a la conclusión que ya no son
tales sino simples marionetas.
Diariamente soportamos con verdadera impotencia en
las oficinas las continuas reclamaciones de nuestros clientes, la cancelación
de cuentas, la baja de productos financieros pero eso si luego nos piden explicaciones.
Ya no tienen bastante con intentar
que colaboremos fuera del horario habitual, sino que algunos jefes hoy, se
creen tan poderosos, que se lucen con frases como antes de caer yo me
encargaré de que caigáis vosotros, el que no esté dispuesto a venir por las
tardes que lo deje, la prepotencia y el desprecio a los logros
conseguidos en las negociaciones se plasma en reuniones los jueves que libramos
en diciembre.
Hemos llegado al final del periodo de vigencia
del Acuerdo de mejora, sin que se haya
llevado a cabo prácticamente ninguno de los puntos que en el aparecen
(protocolo de acoso, de igualdad, descubierto al 0% por importe de dos mensualidades
etc.)
La política de austeridad de nuestra
empresa ha consistido en que para festejar los buenos resultados obtenidos este
año, suprimen la comida de Navidad, aunque a los compañeros de Servicios Centrales
si se les ha obsequiado con un aperitivo el día de Nochebuena.
Además debido a un fallo informático nos han
cobrado 40 euros por esa tarjeta que nos enviaron sin pedirla para que
sirviéramos de prueba, la cual para que nos la retrocedan debemos de
solicitarlo. Pero eso sí, a pesar de
todo esto contínuamente nos invitan a hacer nuevos esfuerzos.
Como consideran políticamente incorrecto no
pertenecer al Club Social, este año
Esta
afirmación ha quedado muy clara en todos los años anteriores, en donde se ha
afirmado este año el regalo del club consiste en
., junto con la tarjeta de
felicitación de nuestro presidente,
no, no el presidente del Club social que también, nos referimos a Carlos Egea.
Deberemos recordar que cuando el Club Social compró
las instalaciones deportivas, llegó al acuerdo verbal con
Según palabras
de nuestro Jefe de Recursos Humanos,
Consideramos una autentica crisis de valores y falta
de consideración, tanto a los compañeros
(que por diversos motivos que no vamos a entrar a valorar ni cuestionar) han
decidido no formar parte de un Club, como a nuestros jubilados que consideramos
son merecedores de un reconocimiento a su labor.
No sabemos en las condiciones actuales
con que
Recordar que el Club social no
representa al total de la plantilla, e incluso tiene una asignatura pendiente
con aquellos compañeros de otras zonas distintas a la de Murcia capital, pues
en varias ocasiones se ha intentado hacer distintas secciones del mismo y
siempre se ha dado la negativa como respuesta. Tenemos un Club Social muy alejado de los intereses de gran parte de sus socios,
no olvidemos que la principal invesión de este consiste en unas instalaciones
deportivas en Molina de Segura, es decir que los compañeros de Valencia,
Alicante, Almería, Albacete, Madrid e incluso de Yecla, Lorca o Cartagena etc
para poder utilizarlas necesitan realizar un desplazamiento que lo hacen
prácticamente inviable.