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Cajas a fuego lento
EL aluvión de datos económicos negativos de este febrero loco que mantiene al gobierno noqueado, dividido e inactivo, unido a la preocupación de muchos españoles por ver cómo llegan a fin de mes y pendientes sobre qué hacer para no engrosar las listas del paro, ha centrado la atención, pasando a un segundo plano, los problemas del sistema financiero, cuyas entidades, en estas semanas, presentan los resultados de 2009, muy mermados por la crisis y con un índice de morosidad creciente y en previsible progresión. En este marco, el Banco de España y su director han hecho mutis, tal vez cansados de que sus advertencias caigan en saco roto, al tiempo que las cajas han ralentizado sus procesos de fusión.
EL aluvión de datos económicos negativos de este febrero loco que mantiene al gobierno noqueado, dividido e inactivo, unido a la preocupación de muchos españoles por ver cómo llegan a fin de mes y pendientes sobre qué hacer para no engrosar las listas del paro, ha centrado la atención, pasando a un segundo plano, los problemas del sistema financiero, cuyas entidades, en estas semanas, presentan los resultados de 2009, muy mermados por la crisis y con un índice de morosidad creciente y en previsible progresión. En este marco, el Banco de España y su director han hecho mutis, tal vez cansados de que sus advertencias caigan en saco roto, al tiempo que las cajas han ralentizado sus procesos de fusión.
Caja España y Caja Duero dicen preferir esta situación, no estar en el ojo del huracán, para trabajar con más sosiego. Sin demasiadas filtraciones, parece que existen obstáculos insalvables en la negociación entre ambas, aunque la disposición es buena para ceder, si alguna autoridad se lo exige, que les permita quedar bien con su parroquia o con esos manifestantes espontáneos, movidos por un personaje en la sombra, que salieron a las calles de Salamanca para decir no a la fusión.
Más complicada se presenta la situación en Caja Burgos a tenor los resultados presentados la semana pasada, con unos beneficios la mitad que el pasado año, con una desbocada previsión de morosidad para 2010 y del perfil de su presidente. La posición hamletiana de éste ya le arruinó su carrera política, y le llevó a enfriar el proceso de fusión de las seis cajas de la región y a abortar la integración de su caja con las otras dos. Ahora coquetea con Caja Navarra y con cajas de otras regiones para la creación de Banca Cívica, pero sin presentar un proyecto solvente.
Es cierto que intenta vender mejor ante la sociedad de Burgos este proceso que los dos anteriores con las cajas de la comunidad, pero la falta de documentación, el ocultismo con la Junta y la trayectoria de Arribas hacen temer que conduzca a Caja de Burgos a un callejón sin salida. Y mientras las cajas de la región trabajan a fuego lento desde el Banco de España se escuchan voces sobre números rojos al final del primer semestre en aquellas cajas que no hagan los deberes.
ABC