Archivado en Noticias, Fusiones
Las asambleas abordarán el día 5 de junio el último trámite para la fusión
El proceso necesitará el voto de dos terceras partes de los 120 consejeros salmantinos y de cuatro quintas de los 160 leoneses. La vigencia de la unió
Los 120 miembros que componen la asamblea general de Caja Duero ya conocen la fecha para dilucidar de forma definitiva sobre el proyecto de fusión entre Caja Duero y Caja España. Un acuerdo que fue respaldado por los respectivos consejos de administración en la tarde-noche del pasado 16 de marzo, aunque con cuatro votos en contra en la entidad con sede en la plaza de los Bandos.
Los 120 miembros que componen la asamblea general de Caja Duero ya conocen la fecha para dilucidar de forma definitiva sobre el proyecto de fusión entre Caja Duero y Caja España.
Un acuerdo que fue respaldado por los respectivos consejos de administración en la tarde-noche del pasado 16 de marzo, aunque con cuatro votos en contra en la entidad con sede en la plaza de los Bandos. La caja salmantina ha citado a las nueve de la mañana, en primera convocatoria, y a las diez, en segunda, del próximo día 5 de junio a los consejeros para que otorguen una irrevocable luz verde al matrimonio financiero con la entidad leonesa. De forma paralela, a partir de las 10.30 horas de la misma jornada, los 160 consejeros de Caja España valorarán un proceso que se enfrenta ya, obtenido el acuerdo laboral a finales del pasado mes de abril, a un último obstáculo: el voto de las asambleas, para ser una realidad. La fusión generaría la octava caja española más poderosa en volumen de activos, con 45.257,9 millones de euros, tras La Caixa, Caja Madrid, Bancaja, la unión entre Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Tarragona, Caja Mediterráneo el proyecto de Banca Cívica, del que forma parte Caja de Burgos, y el enlace entre Unicaja y Cajasur.
El proceso requiere del voto afirmativo de ambas asambleas, si bien el número de sufragios necesario para conseguir el sí difiere en cada entidad. En el caso de Caja Duero, la fusión tendrá que convencer a dos terceras partes de los consejeros, es decir, a ochenta representantes. Mientras, Caja España establece un mínimo de cuatro quintas partes de sufragios positivos al proceso para que permanezca en pie. La entidad leonesa cuenta con una asamblea de 160 consejeros, por lo que, al menos, 128 tendrán que mostrar su conformidad. Una vez obtenido el plácet de ambas cajas, la Junta de Castilla y León y el Banco de España se encargarán de rubricar la fusión. Siempre que las asambleas no derrumben el proceso, la fusión tendría vigencia desde el 1 de abril.
Los impositores y las corporaciones locales rivalizan por ostentar en Caja Duero el mayor número de representantes en este órgano de dirección. 45 de los miembros de la asamblea, el 37%, representan al primero de estos grupos. Mientras, los ayuntamientos donde está asentada la Caja y no son fundadores de otras entidades designan a otros 38 consejeros. La asamblea general cuenta, además, con dieciocho miembros elegidos por las Cortes regionales, trece por los empleados de la Caja y seis representantes de entidades de interés general. Un total de 120 consejeros que el próximo 5 de junio otorgarán un punto final, para bien o para mal, a la fusión. En la asamblea se debatirá también sobre las cuentas anuales, sobre el presupuesto de la Obra Social del año 2010 y sobre los estatutos y procedimiento para la designación de los miembros de los órganos de gobierno de la macrocaja.
J. Romero
Tribuna de Salmanca