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ANA HERNÁNDEZ / FUERA DE PLANO: Ya no hay marcha atrás
Opinión
Será de hoy en un mes y después de más de un año debatiendo el acuerdo de fusión entre Caja Duero y Caja España. El 5 de junio, antes de media mañana, las dos partes le habrán dado el visto bueno y comenzará a ejecutarse esta historia compartida. Ese día tienen que hablar los consejeros, todos, los 120 de una entidad, y los 160 de la otra. Lo que no sabremos hasta casi llegada la hora es cómo lo harán, si dando la cara y a mano alzada o por el contrario emitirán un voto secreto, para que no haya influencias, para que sea realmente libre y no esté condicionado. Caben peticiones en ambos sentidos y la forma de pronunciarse la decidirá el presidente, que también puede someterlo a votación.
Será de hoy en un mes y después de más de un año debatiendo el acuerdo de fusión entre Caja Duero y Caja España. El 5 de junio, antes de media mañana, las dos partes le habrán dado el visto bueno y comenzará a ejecutarse esta historia compartida. Ese día tienen que hablar los consejeros, todos, los 120 de una entidad, y los 160 de la otra. Lo que no sabremos hasta casi llegada la hora es cómo lo harán, si dando la cara y a mano alzada o por el contrario emitirán un voto secreto, para que no haya influencias, para que sea realmente libre y no esté condicionado. Caben peticiones en ambos sentidos y la forma de pronunciarse la decidirá el presidente, que también puede someterlo a votación.
El de las Asambleas es el último fleco que queda suelto pero puede darse por bien amarrado. Tendría que ocurrir algo muy gordo para que se produzca un cambio de planes y cada día que pasa sería menos conveniente. A estas alturas ya no hay más remedio, el proceso no tiene marcha atrás, entre otras cosas porque se ha demorado demasiado.
Es cierto que los males de ambas entidades no eran igual de graves, que ha sido una negociación muy politizada y hasta teledirigida a pesar de los esfuerzos por vendernos que se dejaba hacer sin presiones. Pero está todo muy controlado en aras al perseguido fortalecimiento financiero y a otros intereses. Aunque se mantengan algunas voces contrarias la oposición se minimiza y los fieles discordantes no podrán impedir que el acuerdo salga adelante. En Caja Duero no llegarán a cuarenta consejeros para que gane el no, ni en Caja España a los 32 necesarios para echar por tierra lo acordado por los consejos de administración el pasado 16 de marzo.
La fusión está casi a punto de caramelo y ya es hora, después de varias intentonas fallidas primero para contar con todas las cajas de Castilla y León, luego con la de Burgos y finalmente optar por la negociación a dos bandas. Eso tras descartar otras fusiones interregionales que a priori no parecían tan descabelladas porque evitaban duplicar oficinas, empleados, llegar a otros mercados, etc. Pero esa opción tampoco interesaba especialmente a nuestros políticos de los que hay sobrecarga en estas entidades. Sólo en Caja Duero suman 56, casi la mitad de los consejeros. Basta figurar como representante de las Cortes o de las corporaciones locales para tener hueco cuando sería más rentable optar por una mayor profesionalización de las Cajas y que quien tenga algo que decir y algo que aportar esté y se prescinda en cambio de quien figura porque el regalo del título de consejero de una Caja viene en el lote de otro cargo público.
Los partidarios no dudan de que el cambio será para bien y aseguran que la nueva entidad que resulte será la octava del país en volumen de activos y que un mayor negocio eliminirá los fantasmas de la intervención. Habrá que creerles y pensar que los 846 empleados que se verán afectados por el recorte serán menos de los que en un futuro puedan llegar a contratarse y que los recortes a muchas inversiones que se llevaban a cabo a través de la Obra Social podrán compensarse no tardando muchos años con mayores dotaciones.
De momento algunos nombres ya están puestos, otros saltarán no tardando aunque a la nueva criatura financiera ya se la bautizó como Caja España de Inversiones, Salamanca y Soria, Caja de Ahorros y Monte de Piedad. Falta darle la bendición en las Asambleas el próximo 5 de junio.
Tribuna de Salamanca