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Llamas presidirá la caja fusionada hasta que el PP y el PSOE pacten un sustituto
La falta de acuerdo entre ambos partidos hasta el momento permitirá la continuidad del ahora presidente de Caja España
Las novedades deberán esperar. El organigrama de la fusión entre Caja Duero y Caja España estará encabezado por el hasta ahora presidente de Caja España, el empresario leonés Santos Llamas. Al menos, hasta que los dos grandes partidos políticos de la comunidad, el Partido Popular y el PSOE, alcancen un acuerdo sobre el nombre del sustituto, algo que hasta la fecha no ha ocurrido. Es más, si se atienden a lo que señalan algunas fuentes, ni siquiera ha comenzado la negociación.
Las novedades deberán esperar. El organigrama de la fusión entre Caja Duero y Caja España estará encabezado por el hasta ahora presidente de Caja España, el empresario leonés Santos Llamas. Al menos, hasta que los dos grandes partidos políticos de la comunidad, el Partido Popular y el PSOE, alcancen un acuerdo sobre el nombre del sustituto, algo que hasta la fecha no ha ocurrido. Es más, si se atienden a lo que señalan algunas fuentes, ni siquiera ha comenzado la negociación.
Las dos grandes cajas de la comunidad inician esta semana el proceso final para la formación de una única entidad, la mayor por cifra de activos de la comunidad autónoma. Las asambleas generales de las dos cajas han sido convocadas para la jornada del sábado próximo, 5 de junio. El orden del día de estos dos cónclaves, que no serán simultáneos, incluye la propuesta de fusión y se espera que en ambas asambleas se obtenga la anuencia de la mayoría de los consejeros generales a la fusión definitiva.
La convocatoria del sábado cierra dos años de incertidumbre sobre el futuro de unas entidades que han visto cómo a lo largo de este tiempo se deterioraban sus cifras de negocio y cómo se reducía su capacidad para terminar cada trimestre en positivo. Es más, en el cuarto trimestre del año pasado las cosas fueron tan mal que prácticamente todas las cajas de la comunidad autónoma, con excepción de Caja Segovia, perdieron buena parte de los beneficios obtenidos en los trimestres anteriores del ejercicio económico.
La futura caja unificada tendrá como director general a quien ahora ocupa el mismo cargo en Caja Duero, Lucas Hernández, quien este mes cumple los 65 años. Para que este ejecutivo pueda continuar como timonel de la fusión, proceso que se prolongará cinco años, las Cortes de Castilla y León han modificado la Ley de Cajas de la comunidad. Hernández podrá así retrasar su jubilación hasta los 70 años. La designación del nombre del director general recayó en Caja Duero dentro del reparto de nombramientos que se negociaron entre las dos partes. La Dirección General ejecutiva tendrá además su sede en la actual sede de Caja Duero, en Salamanca.
Preocupa menos
La presidencia preocupa menos. Ninguno de los dos presidentes de las cajas actuales, Julio Fermoso, en Caja Duero, y Santos Llamas, en Caja España, tienen un puesto de carácter ejecutivo, de manera que su actividad se limita en estos momentos a la representación oficial de la entidad de ahorro. Esa misma cualidad de la presidencia, despojada de competencias ejecutivas, es la pretendida para la fusión. En el reparto del organigrama siempre se consideró que la presidencia provendría del consejo de administración de la caja con sede en León, ciudad en la que permanecerá la futura presidencia. Éste es uno de los motivos por los que la continuidad de Llamas se da hasta ahora por segura. «Hay tiempo», aseguraron fuentes cercanas al proceso de selección del sustituto, el que se espera precisamente que sea la cara, la imagen de una caja más potente, más extensa y con una solvencia asegurada a través del recurso al Fondo de Regulación Ordenada Bancaria (FROB).
Las fichas de Herrera
La designación exigirá de un consenso que, afirman las fuentes, en este momento no existe y deberá ser el presidente de la Junta como máximo responsable político en la comunidad quien primero mueva ficha. Alguna ha movido. El presidente de la comunidad mantuvo esta semana una reunión en las Cortes con el catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Valladolid, el zamorano Alejandro Menéndez, consejero en Caja España a propuesta de los populares.
Menéndez ha sonado en las quinielas como 'presidenciable' desde hace meses. Su candidatura tiene, sin embargo, la rotunda oposición de los socialistas de la comunidad y, como al elegido se le designa por exclusión de los que no gustan bien a unos o bien a los otros, se da por segura su exclusión para el puesto. La frase «hay tiempo de sobra» surge otra vez entre las fuentes consultadas. El PSOE de Castilla y León quiere que el nombramiento sea el adecuado y, mientras no haya otro nombre sobre el tapete de la negociación, seguirá Llamas el tiempo que permita la normativa vigente.
El candidato tendrá que ser votado por el consejo de administración, pero antes su nombre deberá de haber sido negociado y eso parece ir despacio porque las dificultades se acumulan sobre la mesa de los responsables económicos de la comunidad autónoma. El presidente Herrera y su vicepresidente segundo y consejero de Economía, Tomás Villanueva, están centrados desde el jueves pasado en apagar el fuego surgido en el seno del Partido Popular cuando Caja Segovia y Caja de Ávila abandonaron el plan para su integración en Banca Cívica, cuando la Junta ya había enviado a imprimir las invitaciones de la boda y tenía contratado el banquete para festejar la unión de estas entidades con Caja Navarra, CajaCanarias y Caja de Burgos.
Abulenses y segovianos han regresado a la tendencia que les impulsó desde el primer día en el que se comenzó a hablar de fusiones, la de mirar al vecino gigante del sur, Caja Madrid. Encontrar una respuesta adecuada para la iniciativa díscola, encabezada precisamente por los responsables populares en ambas provincias, parece prioritario a la búsqueda del candidato de consenso para la presidencia de la fusión entre Caja Duero y Caja España.
Condiciones y postulantes
La relación de elegibles tampoco resultará sencilla porque, si bien las condiciones incluidas en la normativa las cumplen muchos de los posibles candidatos, las otras exigencias, las no recogidas en la norma pero impuestas por la necesidad de evitar más rupturas, incluyen bastantes detalles.
Así, igual que ambos partidos eluden que un vallisoletano encabece la candidatura a la Presidencia de la Junta, para evitar suspicacias, los nacidos en esta provincia también parecen por ahora excluidos de presidir la que será la mayor caja de la comunidad y que tendrá además concentrada en esa provincia una buena parte de su negocio. Tampoco parece apropiado que sea afiliado al PP, ni al PSOE, lo que excluye a otra parte del consejo de administración de Caja España, incluidos los dos vicepresidentes, la presidenta de la Diputación, la popular Isabel Carrasco, y el alcalde de León, el socialista Francisco Fernández. A la candidatura tampoco podrán apuntarse los representantes sindicales, o los de organizaciones ciudadanas.
La lista de elegidos se estrecha y el propuesto por la Junta, que tendrá la prerrogativa de la designación, aún tendrá que superar, como última prueba, el consentimiento de la dirección socialista en Castilla y León. En el último mes han sonado otros nombres, aunque con escaso eco entre las direcciones políticas. Es el caso del ex presidente de la Junta y ex presidente del Senado, el soriano Juan José Lucas, una opción abandonada antes incluso de que se llegara a tener en cuenta.
El presidente de la Cámara de Comercio de Valladolid y flamante presidente de la sociedad de garantías recíprocas de Castilla y León, Iberaval, el leonés José Rolando Álvarez, ha sido otro de los nombres barajados en los pasillos recientemente. Álvarez precisó en Salamanca la semana pasada que nadie se ha puesto en contacto con él para proponerle nada. Aunque el presidente del Grupo Norte, una de las compañías con mayor número de empleados en la comunidad, tiene buenas relaciones con el PSOE, los problemas le podrían llegar desde otro lado, el de quienes pretenden que sea un leonés residente en León, que no en Valladolid como Álvarez, quien se convierta en la cara pública de la gran caja de la comunidad autónoma.
Las deudas
Lo que sí preocupa en quienes recae la responsabilidad de elegir al presidente es que Santos Llamas, empresario con negocios sobre todo en el sector de la construcción, concentra en estos momentos una buena parte de sus créditos en la entidad que preside. Dada la mala racha por la que atraviesa el negocio inmobiliario, la posibilidad de que alguna de sus empresas pudiera sufrir dificultades o pasara por un proceso concursal repercutiría sobre todo el proceso, y más cuando la fusión se ha presentado como una de las fórmulas para generar más solvencia, más capacidad y más posibilidades de captar fondos a la nueva entidad financiera.
El trabajo de despacho de Juan Vicente Herrera y de Tomás Villanueva requiere del tacto suficiente para cerrar el proceso de la mayor fusión conseguida en la comunidad. Si la aprueban las asambleas.
El Norte de Castilla