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Otro blog es posible
CCOO BANESTO. El Blog de Gonzalo se consolida como el esperpento número uno de Banesto
En el mes de diciembre pasado ya denunciábamos el Blog de Gonzalo como un elemento de presión más contra la plantilla, especialmente contra los directores. En la actualidad el blog está alcanzando niveles importantes de mezquindad y de absurdo. Las loas a Gonzalo y a sus increíbles propuestas de trabajo, los compromisos en multiplicar unos objetivos ya imposibles de conseguir, la carrera por ver quién es el mayor adulador de la semana y quién amenaza más a sus subordinados para que escriban al dictado sus desideratum, son los elementos más característicos del citado blog.
La mecánica del blog no deja lugar a dudas sobre el sentido de su existencia. Gonzalo nos adoctrina con una de sus brillantes ideas y acto seguido los Territoriales primero y los Jefes de Zona después se lanzan en una imparable espiral de loas, alabanzas y golpes de pecho, al tiempo que amenazan a los directores con aquello que tienen que decir, presionándoles continuamente para que hagan la entrada en el blog lo antes posible con sus compromisos de trabajo.
El blog resume lo que es la dinámica comercial en Banesto: mucho ruido y pocas luces. La política de grandes gestos de cara a la galería y a la prensa se mezcla con la sordidez del día a día en las oficinas, con amenazas, presiones y faltas de respeto constantes.
Si de puertas hacia fuera se vende modernidad y éxito, los que estamos dentro sentimos miedo de esta política obtusa y cortoplacista que nos promete pan para hoy y hambre para mañana.
Parece mentira que a nadie le importe cómo se consiguen los objetivos, que la dinámica de dar un botonazo y cobrar unas comisiones indiscriminadas y abusivas tiene un recorrido muy corto.
Que la costumbre de colocar productos infumables que solo dan beneficio al banco no es la solución a la falta de actividad y solo incrementa los problemas, aunque se consigan beneficios inmediatos.
Que las políticas comerciales agresivas, imaginativas y brillantes casi siempre tienen como consecuencia morosidad y pérdidas, de las que curiosamente nadie se hace responsable.
Lo verdaderamente triste es que unos pocos altos directivos están poniendo en juego el trabajo y el bienestar de 8.600 familias exclusivamente por unos bonus y un plan de incentivos especialmente jugosos.
Junio de 2010