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Demasiados deberes pendientes
Opinión. El corro
Uno de ellos, como es sabido, es la aprobación definitiva de la fusión Caja España-Caja Duero, ratificación de la que dependen las convocatorias constituyentes de la asamblea general y del Consejo de Administración conjuntos y la elección del nuevo presidente de la entidad.
El presidente de la Junta y sus consejeros disfrutan estos días de agosto de su habitual periodo vacacional, que no se extiende mucho más de quince días, ya que el jueves 19 volverá al tajo el Consejo de gobierno semanal. A su regreso, Juan Vicente Herrera y su equipo se reencontrarán con un ramillete de importantes asuntos pospuestos -en algún caso incomprensiblemente- hasta después de este paréntesis veraniego.
Uno de ellos, como es sabido, es la aprobación definitiva de la fusión Caja España-Caja Duero, ratificación de la que dependen las convocatorias constituyentes de la asamblea general y del Consejo de Administración conjuntos y la elección del nuevo presidente de la entidad. Por mucho que el gobierno autonómico argumente que no ha dispuesto de tiempo suficiente para estudiar la documentación a la luz de la nueva Ley estatal de Cajas, esta dilación en solventar lo que no es más que un mero trámite resulta un tanto llamativa. Sobre todo vista la celeridad con la que tanto la Junta como las Cortes han despachado en el pasado determinadas reformas de la Ley regional de cajas que convenían a sus intereses, como fue el caso de la introducción del derecho de veto a las SIP o fusiones frías.
Dado que sería absolutamente inconcebible que a estas alturas el gobierno Herrera planteara objeciones a la única fusión que se ha hecho siguiendo sus directrices, todo hace pensar que el retraso en resolver ese trámite obedece única y exclusivamente a su desacuerdo con la candidatura del actual titular de Caja España, Santos Llamas, a presidir la nueva Caja. No tiene otra explicación. Y resulta bastante lamentable, por no decir irresponsable, que dicha discrepancia sobre un asunto que a la Junta no le compete produzca una demora nada beneficiosa para la entidad, máxime tras el negativo resultado del famoso test de stress. Cunde la impresión de que ese desencuentro entre PP y PSOE ha bloqueado a su vez la posibilidad de acuerdo en torno a las prioridades de gasto en los diezmados Presupuestos de la comunidad autónoma del 2011 y que la oferta realizada al efecto por el presidente Herrera a la oposición puede quedar en papel mojado. Como parece estarlo el acuerdo primitivo por el que el gobierno central iba a cofinanciar al 50 por ciento del Plan de Convergencia Interior, otro importante asunto que ha quedado sin resolver antes de las vacaciones.
La lista de tareas pendientes no termina ahí, ya que la Junta tampoco ha metido la tijera en el conglomerado de empresas y fundaciones públicas dependientes de la Administración autonómica, posponiendo en el me jor de los casos hasta finales de agosto la reducción anunciada por el presidente de la Junta el pasado 23 de junio durante el debate sobre el estado de la comunidad autónoma. También habrá que esperar a últimos de mes para que las Cortes aprueben finalmente la Ley que regula la Renta Garantizada de Ciudadanía, una aprobación que acumula ya más de un año de retraso sobre la fecha (31 de julio del 2009) a la que se comprometió en su día el propio Herrera. Se me antojan demasiados los deberes sin hacer antes de irse de vacaciones.
Pedro Vicente
Diario de León