Las cuentas de Caja Duero y Caja España se han
deteriorado durante los meses en los que se ha negociado la fusión de
ambas entidades que desde el 1 de octubre pasado forma un único negocio.
Al terminar el primer semestre del año ambas presentaron unas cuentas
públicas en la que los beneficios se redujeron en el 70% en relación al
mismo periodo del año anterior en el caso de la caja con sede en la
capital leonesa, mientras que Caja Duero sufrió en los seis primeros
meses del año una disminución de sus beneficios con relación al
ejercicio del 2009 del 66%. El deterioro en los resultados ha continuado
en el tercer trimestre del año, indicaron ayer fuentes sindicales de la
nueva caja que mostraron su preocupación por un proceso que, en su
opinión, complica la fase de integración de negocios en el que se hallan
las antiguas cajas, ahora convertidas en Caja España de Inversiones,
Salamanca y Soria, Caja de Ahorros y Monte de Piedad, nombre con el que
ambas han entregado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores el
anuncio de su fusión y su conversión en una única entidad.
El recién elegido presidente, Marcos García, visitó
ayer la que será la sede de la Dirección General de la entidad, situada
en Salamanca, donde se reunió con la cúpula directiva encabezada por su
director general, Lucas Hernández, quien precisó que la caja surgida
tras la fusión espera terminar la reestructuración de las oficinas y la
aplicación del plan de prejubilaciones, la política financiera y la
política común de riesgos antes del 31 de diciembre. Dicho en otros
términos, que antes de que acabe el año se habrán cerrado 254 oficinas
de Caja Duero y de Caja España, la mitad en las distintas provincias de
Castilla y León, mientras que 846 trabajadores pasarán a la
prejubilación.
Estas cuestiones serán resueltas en el transcurso de los
próximos consejos de administración de la entidad, que se celebrarán en
apenas una semana, explicó Hernández. García indicó en rueda de prensa
que su presencia en Salamanca responde a la necesidad de trasmitir un
mensaje de «·unidad, estabilidad y futuro» a los trabajadores, informa
Ical.
Marcos García expuso ante los periodistas que había
transmitido a la dirección de la caja su impresión de que, hoy por hoy,
esta caja «tiene más futuro, más tamaño y más solvencia» que Caja Duero y
Caja España por separado el 30 de septiembre» y que, por tanto, «puede
servir mucho mejor a la sociedad a las que se dirige», manifestó tras el
encuentro.
El recién nombrado presidente aclaró que es pronto para
hablar de fusiones con otras entidades, idea en la que coincidió con
Lucas Hernández para quien lo inmediato es la consolidación del actual
proceso por lo que, de momento, «no se baraja ningún proyecto», aseguró.
Tanto Hernández como Marcos García se congratularon por
que la ampliación operativa de los servicios a los clientes al
duplicarse la red de oficinas. A juicio de Hernández, se trata del
primer paso de la confianza que se intenta transmitir a todos los
clientes, «incluso a algunos que se habían alejado de ambas redes
comerciales en los últimos tiempos». Lucas Hernández mostró además su
optimismo en el porvenir porque la puesta en marcha, desde el lunes de
un nuevo fondo, el primero de la nueva caja «está teniendo una respuesta
amplísima», declaró y expresó su esperanza en una próxima recuperación
de esos recursos, que puntualizó, han abandonado ambas entidades por no
haber querido participar «en una guerra de pasivos».
El presidente explicó que mañana jueves se celebrará el
primer comité ejecutivo de la entidad, mientras que la semana próxima
tendrá lugar el primer consejo de administración. Marcos García dio
cuenta por último de que pronto se reunirá con el presidente de la Junta
de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, así como con el consejero de
Economía y Empleo, Tomás Villanueva y el Gobernador del Banco de España,
Miguel Ángel Fernández Ordoñez.
Cambios en la Federación
El vicepresidente segundo y consejero de Economía y
Empleo, Tomás Villanueva, manifestó ayer por su parte que la Federación
de Cajas de Ahorro de Castilla y León, formada hasta ahora por las seis
entidades existentes en el territorio de la comunidad autónoma debe
reorganizarse para «reunir el esfuerzo» y «poner en común» la inversión y
el «compromiso» con Castilla y León de las entidades de ahorro, después
de que Caja de Ávila y Caja Segovia, Caja de Burgos y Cajacírculo se
embarcaran en tres sistemas institucionales de protección (SIP)
diferentes y que solamente Caja España y Caja Duero optaran por la
fusión.
Villanueva hizo estas declaraciones tras la colocación de
la primera piedra del centro comercial de Ikea en Arroyo de la
Encomienda (Valladolid). El vicepresidente económico apostó por que la
Federación de Cajas de Castilla y León inicie una nueva etapa «ante el
fraccionamiento de proyectos». Por ello, sostuvo que el nuevo periodo es
si cabe «más importante» que el anterior puesto que debe pilotar el
compromiso de las entidades con la comunidad autónoma.
Villanueva señaló que la Federación debe ser el «foco o
el foro que aglutine la dispersión» de proyectos de reforzamiento de la
estructura financiera de la comunidad, una meta que reconoció «no
consiguió el proceso de reestructuración» propuesto. Añadió que es el
órgano adecuado para reunir a todas las entidades financieras
castellanas y leonesas. El vicepresidente segundo sostuvo que la
entidad Madrigal Participaciones, formada por las cajas para participar
en empresas consideradas estratégicas para la región debe fortalecerse y
contar con «más aportaciones y apoyo» de las cajas de la comunidad.
El secretario autonómico del PSOE, Óscar López, destacó
por su parte el ejemplo ofrecido por Caja Duero y Caja España al
afrontar un proceso de fusión que tildó de complejo. Para López, la
nueva caja está llamada a ser un pilar de la economía de la comunidad.