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Del Canto se fija el objetivo de lograr que la supercaja genere confianza
El consejo decide la elección del presidente, que augura una entidad viable
Evaristo del Canto fijó los objetivos de Caja España-Caja Duero minutos después de que el consejo de administración lo eligiera presiente: «Confianza, credibilidad e ilusión», resumió el nuevo mandatario de la primera entidad financiera de Castilla y León. «Cercanía de los trabajadores a los clientes», fue otro ingrediente del formulario que el presidente de la supercaja tiene seguro que contribuirá a consolidar en el mercado la recién nacida entidad, por fusión.
Evaristo del Canto fijó los objetivos de Caja España-Caja Duero minutos después de que el consejo de administración lo eligiera presiente: «Confianza, credibilidad e ilusión», resumió el nuevo mandatario de la primera entidad financiera de Castilla y León. «Cercanía de los trabajadores a los clientes», fue otro ingrediente del formulario que el presidente de la supercaja tiene seguro que contribuirá a consolidar en el mercado la recién nacida entidad, por fusión. Más allá de la dimensión y el volumen de negocio de la caja, Evaristo del Canto distinguió la fórmula de trabajo: «No es definitivo el tamaño, sí importante; lo que sí es decisivo es hacer de esta caja una entidad eficiente y competitiva, hecho que permitirá que pueda tener viabilidad ella sola», expuso el presidente de la caja castellanoleonesa. Del Canto explicó que su principal reto en la presidencia de la supercaja es el de generar «confianza, credibilidad e ilusión en nuestros trabajadores y nuestros clientes; esa es la forma de que se consolide, se potencie mediante sus instrumentos financieros y sus productos, ser competitivos y estar a la altura de las circunstancias», argumentó.
El consejo eligió a Evaristo Del Canto presidente con 21 votos a favor, cinco en contra y tres en blanco, a lo que hay que sumar las cuatro ausencias de consejeros que no acudieron a la cita y la del propio Del Canto, que se ausentó de la sala en el momento de la votación. Eludió la polémica sobre si su elección contó con menos respaldo que la del presidente interino: «Mi razón de ser es la de comenzar a trabajar hoy mismo, estar a la altura de las circunstancias y ganarme a los 34 miembros del Consejo de Administración». «Puede que el desconocimiento de mi persona para alguno de los miembros del Consejo les hace enjuiciar la toma de decisión, respetable en todo caso».
También descartó cualquier interpretación de su acceso a la presidencia
de la caja como una segunda parte, la continuidad del capítulo de
director general que fue de Caja España. «No, aquella etapa concluyó».
«Ahora, vengo a una caja con dimensión operativa en toda la península
ibérica, con ánimo de crecer y operar en todo el territorio español sin
dejar de tener en cuanta que somos castellanoleoneses». Con esas
premisas abortó polémicas de antemano por el choque de compatibilidades
entre la función que va a desempeñar y la del director general de la
entidad. «Creo que tenemos suficiente trabajo por delante que hacer como
para que no sea compatible nuestro trabajo», dijo Evaristo del Canto,
escrupuloso a la hora de agradecer a la sociedad, a los políticos y los
representantes del consejo «la gratitud, la generosidad y la ilusión».
Lo hizo para definir el momento de su llegada a la Caja.