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La llegada de Evaristo del Canto culmina un proceso de fusión que ha durado casi 2 años
Su toma de posesión el viernes fue el broche a tensas negociaciones entre León, Valladolid y Salamanca
Acostumbrados a largos consejos de administración, que a lo largo de los últimos dos años han llegado a ser, incluso, a cuatro bandas, el del pasado viernes en la sede social de la nueva, en el edificio Botines de León, resultó de lo más breve. Habían sido dos años de negociaciones entre los partidos políticos, los sindicatos, las diferentes administraciones representadas y hasta las ciudades en las que se encontraba la cartera de clientes de Caja España y Caja Duero. Por eso, cuando por fin el consejo nombró el pasado viernes presidente de Caja España y Caja Duero al leonés Evaristo del Canto, la nueva gran caja, el nuevo músculo financiero de la comunidad (como se le ha venido denominando a lo largo de todo este proceso) echó oficialmente a andar, a pesar de que fuera a primeros de octubre cuando se firmaron las escrituras y se formalizó ante notario la fusión.
Fue la última piedra al proceso de fusión entre las dos entidades más grandes de la Comunidad, Caja España y Caja Duero, que se embarcaron en un proyecto común recogiendo el guante lanzado hace casi tres años por Juan Vicente Herrera al sistema financiero, tras asumir el protagonismo para el fortalecimiento del músculo financiero, cuando en el seno de la Federación Regional de Cajas, todas las entidades, apelaron a su autonomía para rechazar el modelo de integración que la Junta pactó con partidos políticos y agentes económicos y sociales.
Acuerdo político
Todos los esfuerzos de PP y PSOE para conformar ese necesario músculo financiero parecían desvanecerse el 9 febrero del año pasado, cuando los presidentes de las cajas, apelando a la autonomía de cada entidad y a la necesidad de que fuesen las propias entidades quienes liderasen el proyecto, deciden no someter a sus consejos de administración el plan de integración diseñado por el Gobierno autonómico.
A finales de ese mes, el Consejo de Administración de Caja España, urge por unanimidad a su presidente y al Comité Directivo a impulsar procesos que conduzcan a un modelo que integre a las cajas de Castilla y León bajo la fórmula que sea más eficiente. En la misma línea, aunque el 10 de marzo, el Consejo de Administración de Caja Duero, aprueba un mandato para contactar con el resto de cajas, con las otras cinco, para ver su disponibilidad para iniciar procesos de consolidación, integración o fusión, con dos condiciones, que redundaran en beneficio de Caja Duero y que, además, fortalecieran el sistema financiero regional.
Informe a la CNMV
Las dos entidades de ahorro más grandes de la región se posicionan ya como protagonistas del proceso y el 12 de marzo informan a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de los acuerdos alcanzados por sus respectivos consejos de administración. Las dos cajas inician contactos al máximo nivel. A finales del mes, el 26 de marzo, Julio Fermoso anuncia al Consejo de Administración de la entidad que por razones personales seguirá sólo como presidente institucional, con labores de coordinación y representación de la caja, abandonando las ejecutivas. El director general, Lucas Hernández, asume desde abril la gestión diaria y las funciones ejecutivas, tal y como sucede en el resto de cajas de ahorro de la Comunidad.
Fue el 20 del pasado mes de mayo cuando los consejos de administración de Caja España y Caja Duero acuerdan de forma unánime iniciar un proceso conjunto y coordinado que desemboque en una decisión firme sobre la fórmula elegida para combinar sus estructuras, negocios y actividades. Asimismo, suscriben un acuerdo de confidencialidad. Arrancaba entonces la parte más difícil de la fusión.
La Crónica de León
