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El Banco de España exige más provisiones a las cajas y la entrega de la información para el día 31

Elena Salgado se compromete ante Bruselas a que ninguna entidad de ahorro suspenda los 'tests de stress'

El Banco de España se ha puesto insistentemente duro con las cajas en las últimas horas. Les reclama toda la información contable del 2010 para antes del 31 de enero y con una exigencia que a algunas les está haciendo 'pupa': más provisiones de las que a algunas entidades les parecen razonables.


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El Banco de España se ha puesto insistentemente duro con las cajas en las últimas horas. Les reclama toda la información contable del 2010 para antes del 31 de enero y con una exigencia que a algunas les está haciendo 'pupa': más provisiones de las que a algunas entidades les parecen razonables. El motivo es obvio: no quiere suspensos españoles en las pruebas de resistencia a las que se tendrán que someter de nuevo las principales entidades financieras europeas en primavera (previsiblemente, a finales de mayo). Tampoco quiere dejar en mal lugar a la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, que se ha comprometido ante la Unión Europea respecto a que ninguna caja de ahorros española registrará un suspenso en los test de estrés.
Al gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, le interesa sobremanera que no haya entidades españolas en la lista negra, como sucedió en el primer test de julio de 2010 con Unnim, CatalunyaCaixa, CajaSur, Banca Cívica y Caja España-Caja Duero, porque el Banco Central Europeo teme más suspensos en el sector financiero del Viejo continente ya que las pruebas de resistencia serán mucho más duras y además van a incluir el impacto en la liquidez.

Y para no encontrarse con desagradables sorpresas de última hora y, por tanto, difícilmente solucionables, el Banco de España ha optado por apretar las clavijas a todas las entidades financieras. No sólo a las cajas, aunque sean algunas de éstas las que concentran la preocupación del supervisor. Ese endurecimiento se percibe en la exigencia a las entidades de una mayor celeridad en la entraga de la inbformaciópn al supervisor y también en la presentación de los resultados correspondientes al pasado ejercicio. No hace falta echar mano al refranero, "a quien madruga, Dios le ayuda", pero todas las cuentas de resultados deben estar presentadas ante analistas, periodistas y mercados en general, antes de que coience la segunda semana de febrero. Porque las pruebas de resistencia a la banca europea previsiblemente se realizarán en marzo. Y todo tiene que estar en perfecto estado de revista, para las correcciones que sean necesarias, al menos un mes antes, para que el supervisor cuente con tiempo suficiente.

Pero no sólo hay que presentar resultados antes. Es que las cuentas tienen que ser impecables, para que no pueda caber el más mínimo resquicio para la duda sobre la situación real de las entidades financieras españolas, y especialmente sobre las cajas. El Banco de España aprieta también las clavijas en cuanto a provisiones, aunque sea a costa de sacrificar resultados. No es el momento para presentar tasas espectaculares de crecimiento de los beneficios, sino de las dotaciones, tanto las preceptivas como sobre todo las voluntarias, las que se hacen antes de que el crédito entre realmente en situación de mora. Toca engordar la hucha, para tener recursos suficientes por si las pruebas de resistencia afloran algún problema.

Así que bancos y cajas de ahorros ofrecerán antes de que finalice el mes, y como muy tarde la primera semana de febrero, información pormenorizada acerca de los activos inmobiliarios adquiridos y adjudicados a cambio del pago de deudas que tienen en sus balances. Y suministrarán al mercado datos, lo más detallados posible, sobre su exposición al mercado inmobiliario y de la construcción. La transparencia es el mejor argumento para combatir las dudas de los mercados sobre la capacidad de la banca española para digerir los problemas ligados al ladrillo y atajar definitivamente comparaciones (siempre odiosas) con la de otros países, como Irlanda.

Con los métodos del Banco de España muy en mente, la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, dejó en Bruselas, en la reunión del Ecofin, un rotundo mensaje: todas las cajas de ahorros españolas aprobarán el test de estrés de esta primavera. Y recordó que las necesidades de recapitalización adicionales que detectaron las pruebas de estrés de julio de 2010 para las cajas que no pasaron la prueba ascendían a 2.000 millones de euros, cuando hay analistas extranjeros que hablan de hasta 80.000 millones que necesitarían las entidades de ahorro.

Elena Salgado remite a los resultados del esfuerzo adicional de transparencia que reclama el Banco de España a las entidades financieras sobre "cuál es la situación de los activos inmobiliarios que puedan tener en su balance y cuáles han sido las valoraciones de esos activos inmobiliarios en los procesos de fusión o integración". Y solamente cuando se conozcan estos resultados, el Gobierno realizará su propia estimación sobre las necesidades de capital de la banca española.

En cualquier caso, la vicepresidenta económica del Gobierno ha señalado que España quiere "ofrecer el mismo nivel de transparencia que la otra vez" en las pruebas de resistencia de esta primavera. Y se someterá a éstas el 95% del sistema financiero (sólo se quedan fuera las cooperativas de crédito y las cajas rurales), frente al 60% de media en la Unión Europea. Es cierto que también se quedarán fuera Caja Castilla-La Mancha (CCM) y Cajasur, las dos entidades intervenidas por el Banco de España y absorbidas por CajAstur (impulsor de la fusión virtual con la CAM, Caja Cantabria y Caja Extremadura en el Banco Base) y por BBK, respectivamente.

Todo esto, en el fondo, es un mensaje de España a la Unión Europea sobre que la banca está sobradamente preparada para afrontar cualquier examen. Y es que los ministros de Economía y de Finanzas de la Unión Europea acordaron endurecer las pruebas de resistencia a las que se verán sometidos las mismas 91 entidades que se examinaron en julio de 2010. La metodología del test de estrés será más estricta, y se incluirá el impacto de los diferentes escenarios en las dificultades para obtener liquidez.

Ese endurecimiento es clave para que los test de estrés sean creíbles, tras el sofoco que tuvieron que pasar los promotores de la idea cuando los dos bancos irlandeses que se examinaron en julio de 2010, el Bank of Ireland y el Allied Irish Bank, fueron incluidos apenas dos meses más tarde entre los que necesitaban 50.000 millones de euros para su rescate. Con el requisito de liquidez, no habrían aprobado las pruebas de resistencia ningún banco irlandés.

Pero ese endurecimiento de las pruebas de resistencia, esencial para que la Unión Europea recupere la confianza del mercado y pueda dejas atrás la crisis de la deuda, implica el riesgo de que más bancos suspendan. El Banco Central Europeo no se ha recatado en afirmar públicamente que teme que más bancos no sean capaces de superar las pruebas, especialmente si se incluye el requisito de liquidez. En julio de 2010, además de cinco cajas españolas, suspendieron un banco alemán y otro griego.

"Necesitamos pruebas rigurosas y estrictas, que den una mayor credibilidad", explicó el comisario de Mercado Interior y Asuntos Financieros, Michel Barnier. Y el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, cree que el problema no reside tanto en la metodología de las pruebas, sino que en éstas no fueron realizadas con el mismo rigor en todos los países implicados, reconociendo implícitamente que en el caso español fueron muy exhaustivas.

En paralelo a las pruebas de resistencia para la banca de la Unión Europea Monetaria, el Fondo Monetario Internacional realizará un ejercicio similar en Gran Bretaña, Suecia y Luxemburgo.

Alberto Valverde/ Miguel Ángel Valero.

Capital Madrid

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