Ha sido una ruptura in extremis, uno de esos matrimonios que se frustran al pie mismo del altar. Evaristo del Canto (Caja España-Duero) y Braulio Medel (Unicaja) habían viajado ya a Madrid para visitar bien cogidos de la
mano a las autoridades del Banco de España (BdE), que naturalmente
dieron el plácet a la operación. Todo estaba acordado. Y todo encalló
por la sede social, que Medel pretendió fuera Málaga. La boda se frustró
tan cerca como el miércoles 23. Al día siguiente, jueves 24, Del Canto
llamó desesperado a Carlos Egea, presidente de Caja Murcia y capo del SIP Mare Nostrum: necesitaba otra novia con urgencia.
Las
conversaciones entre Caja España-Duero y Unicaja, que saltaron a la luz
pública en torno al 10 de febrero pasado, habían llegado, en efecto, ya
muy lejos. Prácticamente todo estaba acordado: Unicaja iba a tener la
mayoría en el SIP constituido al efecto, y su presidente, Braulio Medel,
iba a serlo también de la fusionada, si bien asumiendo el compromiso de
delegar la gestión del día a día en España-Duero. Con todo
prácticamente atado, ambos presidentes visitaron la sede del Banco de
España para reunirse con el subgobernador, Javier Aríztegui, y con el director general de Supervisión, Jerónimo Martínez Tello.
La
autoridad, como no podía ser de otro modo, dio su visto bueno a una
operación que resolvía a las mil maravillas los problemas de déficit de
recursos propios de la castellano-leonesa. Con un 13,1% de coeficiente
de solvencia, Unicaja cubría de sobra las necesidades de capital de la
castellano-leonesa (8,1%) para lograr el 10% de ratio de solvencia sobre
sus activos de riesgo exigido por el BdE para evitar la bancarización y
mantener su naturaleza jurídica como caja de ahorros. Pero el tren de
la fusión descarriló cuando llegó el momento de fijar la sede social del
nuevo proyecto.
Medel, duro negociador donde
los haya, exigió que fuera Málaga. Para una entidad resultado de la
fusión entre Caja España y Caja Duero que estuvo rota dos veces a cuenta
precisamente de la disputa entre León y Salamanca por la sede social,
la de Málaga era una exigencia inaceptable, algo por lo que tampoco iba a
pasar la Junta de Castilla y León. Precisamente fue el Banco de España
quien, manu militari, impuso el acuerdo entre ambas cajas bajo amenaza
de intervención. Al final se logró una solución salomónica: La sede
social en León y la operativa en Salamanca.
Curiosa
la insistencia de Medel en llevar la sede social a Málaga, cuando la
práctica totalidad de los SIP de nueva hornada han resuelto el problema
fijando como sede Madrid, acogiéndose con buen criterio al ni para ti,
ni para mí. La operación se rompió el miércoles 23, apenas cinco días
después de que el Consejo de Ministros aprobara el Real Decreto ley para
el Reforzamiento del Sistema Financiero. Al día siguiente, jueves 24 de
febrero, Del Canto se ponía en contacto con Carlos Egea para pedirle
conversaciones formales y urgentes con Mare Nostrum (Caja Murcia, Caja
Granada, Caixa Penedés y Sa Nostra), con la que ultima en estos momentos
la fusión.
Medel, de nuevo compuesto y sin novia
No
ha sido, con todo, el único de los intentos a la desesperada efectuado
por los castellano-leoneses. La semana pasada, en efecto, Del Canto
llamó nada menos que a la puerta de La Caixa, primera caja de ahorros
española, con intención de despejar definitivamente el futuro de
España-Duero. Esta podría ser la apuesta buena, aseguraron a El
Confidencial fuentes conocedoras de los contactos, básicamente porque
el eje noroeste, formado por las comunidades de Castilla y León y
Galicia, es el área de expansión natural para la catalana. Evaristo del
Canto, presidente de España-Duero, procede precisamente de La Caixa.
En
efecto, Del Canto, 57, doctor en Económicas y diplomado en alta
dirección por el IESE, empezó a trabajar en 1985 como director de la
oficina de León de GrupCaixa, y entre 1989 y 1996 fue delegado general
de la zona noroeste, con responsabilidad sobre la red de Galicia,
Asturias, Cantabria y Castilla y León. Esta zona geográfica es, con la
Comunidad de Navarra, la más complementaria para una eventual expansión
de La Caixa, aseguran las fuentes. El Banco de España habría incluso
pedido a los gestores de La Caixa que estudiaran con cariño la
operación.
Este diario no ha podido verificar
hasta dónde llegaron los contactos con La Caixa, aunque no es
aventurado imaginar que en Valladolid, sede de la Junta
castellano-leonesa, la opción Caixa no fuera precisamente la mejor
vista. La solución más fácil estaba en Mare Nostrum, con quien
Duero-España mantiene negociaciones "muy, muy avanzadas". La entidad
castellano-leonesa transferiría su negocio al banco Mare Nostrum,
recibiendo a cambio una participación en el mismo. Queda por ver lo que
dice Egea, que, de momento, no ha hablado. Braulio Medel vuelve a
quedarse compuesto y sin novia.
El Confidencial