Archivado en Noticias, Divulgacion
Crimen Perfecto
CAJA BADAJOZ.LA TROIKA
La construcción europea es un timo en toda regla.
Cada vez más personas, entre las que me incluyo, pensamos que la supuesta construcción europea Unión Europea, Unión Monetaria y Banco Central Europeo (BCE), y el nuevo marco mundial de relaciones económicas y de mercado la llamada Globalización, son un timo en toda regla
No éramos muchos los que desconfiábamos desde el principio de todas las bondades y beneficios que nos iban a traer estos avances tan progres para el bien común de los europeos, pero especialmente de los españoles y de otras nacionalidades como Portugal, Irlanda, Grecia, (quién nos iba a decir que nos acabarían llamando cerdos, por las iniciales de nuestros países in english, of course P.I.G.S.) los que siempre estábamos a remolque de las grandes potencias europeas.Y si manifestabas tu escepticismo te decían que estabas en contra del progreso y de la evolución natural de la sociedad, de la economía, del libre mercado (ese que especula con los alimentos básicos mientras mueren de
hambre miles de personas, sobre todo niños, todos los días).
Años urdiendo el plan
Al igual que hacen ahora, los resortes más liberales lanzaban sus planes y sus ideas como dogmas de fe, axiomas indiscutibles sobre cómo tenía que evolucionar Europa y el mundo, siempre pensando, aunque no lo dijeran abiertamente, en términos económicos, de mercado (al principio no utilizaron eufemismos y a la UE se le llamó Mercado Común). Habían estado urdiendo el plan para Europa desde hacía tiempo y practicaron las recetas que ahora tienen para nosotros en los años 70 y 80 en América Latina (austeridad salarial, carga impositiva sobre las rentas del trabajo muy superior a las rentas del capital, aumento de impuestos indirectos, recortes sociales sin excepción de los servicios públicos básicos (sanidad, educación, pensiones
), saqueo de los Estados con regalos, perdón, privatizaciones sincontrol, etc., etc.
Como buenos estrategas, tuvieron la paciencia suficiente, lo que les permitió diseñar el plan de manera detallada, para esperar el mejor momento. Y ese momento tan esperado por los eurófilos y amantes de la globalización llegó con la caída del telón de acero. Con el fin de la guerra fría, la desintegración de la Unión Soviética y la pérdida de influencia de la antigua potencia sobre los países comunistas, el FMI y sus secuaces vieron la ocasión que tanto habían estado esperando y empezaron a trabajar sin prisa pero sin pausa.
Para llevar a cabo sus propósitos, a los primeros que tenían que convencer era a los políticos europeos, para que legislaran y diesen cobertura legal y moral a sus designios. Así, haciendo un pequeño resumen cronológico, se fue tejiendo la maraña en que nos hemos visto envueltos y de la que ahora no vemos una fácil salida:
- 1993, Tratados de Maastricht;1998, Tratado de Ámsterdam; 2003, Tratado de Niza; 2009, Tratado de Lisboa; y lo penúltimo en 2011, Pacto de Estabilidad (Pacto del Euro).
Todos estos acuerdos han ido menoscabando la soberanía de los Estados de la UE, dejando a los dirigentes políticos como meras marionetas en manos de los mercados (banca, multinacionales y fondos de inversión especulativa), que obligan a los gobiernos a aplicar medidas autodestructivas que no hacen sino empeorar cada vez más la situación y frenar la recuperación económica.
Bajan los salarios, descienden las ayudas y prestaciones sociales, empeoran los servicios públicos y disminuyen o desaparecen la inversiones públicas amparándose en la crisis, lo que justifica las privatizaciones de los servicios básicos (¿os suena verdad? Pasó, como ya dije antes, en América Latina en los 70 y 80).
Visión cortoplacista
Con todo ello se reduce el consumo, lo que hace que se incremente el paro, el Estado recauda menos y la reducción de los ingresos se intenta paliar en el corto plazo (pan para hoy y hambre para mañana) con el saqueo, perdón, la privatización de lo que pueda quedar público, como el regalo por parte de nuestro Gobierno de las Loterías y Apuestas del Estado, uno de los negocios más lucrativos y seguros que tiene nuestro país, y por el que BBVA y Banco Santander, entre otros, están dándose navajazos por hacerse con el botín.
La última vuelta de tuerca la hemos vivido al final del mes de agosto, todavía aletargados y resacosos después del periodo vacacional por excelencia en España. Seguro que no ha sido casualidad esta agosticidad para llevar a cabo el mayor ataque a la soberanía popular llevado a cabo durante la democracia: la mercantilización de nuestra Constitución por decisión de personas y entes ajenos a la ciudadanía española y que no hemos tenido la oportunidad de elegir en ningún proceso democrático (Merkel, Sarkozy, BCE, FMI y los temidos y desconocidos mercados). Y es que han decidido por nosotros incluir en nuestra Carta Magna el maná del neoliberalismo: la austeridad, la contención del gasto, es decir, el ahorro obligatorio, principalmente en inversiones sociales y públicas. Esto obliga a futuros gobiernos, sean de la ideología que sean, a llevar a cabo políticas de gasto marcadas por la doctrina que impera a nivel mundial.
Menos mal que con esta medida se perseguía calmar la sed de sangre que tienen los mercados, pues al día siguiente de votarse en el Congreso (2 de septiembre), la prima de riesgo subía a 311 puntos y tres días después la presidenta del FMI alertaba de una posible recesión en toda Europa.
Tienen muy claro, como los fundamentalistas de cualquier religión, que sus axiomas son los verdaderos y no hay otras verdades más que las suyas, que no hay otras alternativas y con todos sus poderes fácticos y mediáticos hacen que esa idea acabe calando en una gran parte de la sociedad. ¿Cómo van a tener razón algunos lunáticos: premios Nobel de Economía, catedráticos de Hacienda Pública
? ¡Vaya majaderos y panda de chalados! ¡Que dicen que hay otras alternativas diferentes a las nuestras; venga ya, no nos vamos a detener ni a escucharlas, qué pérdida de tiempo (y de dinero)! Y es que no son pocas las voces de reputados expertos y profesionales de la ciencia monetaria Joseph Stiglitz, Paul Krugman, Dean Baker, entre otros, que claman contra las medidas que se están llevando a cabo, y con los que comparto, sin necesidad de ser muy docto en la materia, la mayoría de sus propuestas y alternativas, que haberlas haylas, desarrolladas y variadas.
El principal análisis y fundamento en el que se basan la mayoría de estos herejes que osan discrepar de la verdad suprema es que la crisis que padecemos en toda Europa, pero de manera más acuciada en países como el nuestro, es principalmente de ingresos.
Una conclusión a la que llegan a partir de datos irrefutables del propio ministerio de Economía y Hacienda:
1. España es el país de la UE-15 que menos recauda, menos, incluso, que Grecia.
2. El tipo impositivo a las rentas altas ha bajado del 49 al 30% en los últimos 15 años (1994-2008).
3. El 80% de los ingresos del Estado provienen de las rentas del trabajo (asalariados) y menos del 20% de las rentas del capital.
4. Sumemos a esto los mecanismos de elusión y evasión de impuestos y que, según el técnico de Hacienda, José María Molinero, permiten que los ricos tributen a través de empresas menos del 10% y que, con un buen asesoramiento, casi no tributen.
Por esa falta de ingresos, el Estado tiene que pedir dinero prestado y aquí es donde intervienen los bancos y los grandes grupos de inversión y especulación, que a su vez capitalizan esos entes privados llamados agencias de calificación (Moody´s, Standard and Poor´s, Fitch), que actúan beneficiando a sus dueños antes mencionados, bajando la confianza en los bonos subastados por los países para financiarse, con lo que consiguen que se les pague su inversión a un interés más alto.
A estas mismas agencias de (des)calificación, y a pesar de su subjetividad y de errores mayúsculos cometidos en el pasado (un ejemplo claro es que otorgaron la mayor puntuación a Lehman Brothers un mes antes de quebrar), los mercados les da toda la credibilidad, pues al fin y al cabo son una creación suya. Y esta es la trampa en la que nos han metido, el laberinto del que no saldremos si no es con la concienciación de toda la sociedad, española y europea, de que aún estamos a tiempo de enderezar el rumbo de nuestro destino.
Me echo a temblar viendo la política de recortes que empiezan a llevar a cabo en Castilla-La Mancha, que además no disimulan. Al menos tendremos que agradecerles la sinceridad, pues ya nos avisan de que cuando ganen las elecciones lo van a extender al resto de España, y tienen la cara dura de decir que eso no va a suponer recortes sociales (los que no han sufrido ningún recorte
son los tres sueldos del erario público que cobra la presidenta de la peineta).
A nivel mundial, una de las más clara demostraciones de la falta ética y escrúpulos de la tan traída globalización es la grave situación que atraviesan los
países del cuerno de África, especialmente Somalia. De allí nos llegan imágenes, que no puedo ni mirar por su crueldad, mientras aquí oímos que hay
que calmar a los mercados, que hay que adoptar medidas urgentes para que estos no se pongan nerviosos, que es perentorio modificar la Constitución para generar confianza entre estos usureros y traficantes sin escrúpulos (eso son para mí los mercados), que son capaces de especular incluso con los productos más básicos (cereales, arroz, medicamentos
) con tal de engordar más sus cuentas de resultados.
Espero y deseo que toda la sociedad se desperece y se inicie la lucha para evitar que perdamos los derechos sociales y laborales que tanto les costaron conquistar a otras generaciones.
Por eso, concluyo con una de las frases que más me ha gustado de todas las que han aparecido en las diferentes plazas de nuestro país durante las movilizaciones de los últimos meses:
Mañana tal vez tenga que sentarme frente a mis hijos y decirles que fuimos derrotados, que no supimos cómo hacer para ganar. Pero no podría mirarles a los ojos y decirles que ellos viven así porque yo no me animé a luchar.
Raúl Liaño Garallar
Delegado comarcal de CC OO en Torrelavega