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Historia de una fusión inacabada: Barclays-Zaragozano
BARCLAYS BANK, S.A.
Desde el año 2004 venimos abogando por la homologación de las condiciones laborales de cada plantilla, sin que hasta el momento hayamos sido capaces de convencer a la parte contraria de la necesidad de hacer un esfuerzo para unificar los beneficios sociales de ambos colectivos en aras a una cultura común.
Desde el año 2004 venimos abogando por la homologación de las condiciones laborales de cada plantilla, sin que hasta el momento hayamos sido capaces de convencer a la parte contraria de la necesidad de hacer un esfuerzo para unificar los beneficios sociales de ambos colectivos en aras a una cultura común.
Conseguimos allá por el año..., homologar las condiciones financieras para ambos colectivos; lo que supuso una mejora para todos, pero en especial para los trabajadores procedentes de Barclays que vieron reducida su hipoteca en más de medio punto porcentual. Los representantes de la empresa que entonces negociaban con nosotros se marcharon -asqueados por las tensiones internas- de la organización, y la promesa de negociar el resto de los beneficios sociales en el segundo semestre de aquel año aciago se la llevó por delante la acida lluvia de los negros nubarrones que empezamos a vislumbrar con la llegada de la entonces nueva jefa de personal, que ahora dicen los mentideros se va empujada por los vientos procedentes del Atlántico. En su conciencia quede la sangre de inocentes derramada, y, ¡vaya con Dios!
Lo cierto es que aunque en nuestro caso este proceso está siendo bastante más prolongado que lo que suele ser habitual en otras fusiones bancarias, siempre tuvimos el compromiso por parte del banco de mantener las condiciones laborales hasta que culminase ese trabajo y se llegase a un Acuerdo de Homologación de los Beneficios Sociales. La empresa está quebrando ese compromiso y nos ha quitado ya la asignación para fondo de excursiones, bibliotecas y deportes (ya hemos presentado un conflicto colectivo), por el mismo camino va la subvención de vacaciones (en breve presentaremos el conflicto ante el juzgado), y también le tienen ganas a los vales de economato que reciben los compañeros de Zaragoza. Resulta cuando menos curioso que estos tijeretazos recaigan sobre los hombros de los ex Zaragozano, sin que por el contrario se les permita el acceso a los beneficios de los Barclays como si de hijos ricos y pobres se tratara.
Estos beneficios tienen la particularidad de ser iguales para todos: con independencia de objetivos comerciales, niveles retributivos, jerarquías, edad e informes subjetivos del superior. Lo que da una pátina de equidad que socialmente viene muy bien a la empresa, pues permite a los peor considerados participar de la cultura de la empresa de la que con frecuencia son excluidos (caso de los incentivos comerciales), y sentirse orgullosos de pertenecer a esta empresa y no a otra, pues tienen mejores condiciones que otros en estos importantes apartados u otros como son: ayuda escolar, seguro de vida, cesta de navidad, etc.
Consideración aparte merece (no sabemos si la empresa o sus asesores han pensado en ello) las consecuencias que puedan devenir para la imagen del banco con motivo del recorte de estos derechos, también, a las clases pasivas: jubilados y prejubilados. Recordemos que la mayoría de estos tienen reconocidos por escrito estos beneficios y no deberían darles motivos para defender sus legítimos intereses en los tribunales o en la calle.
Sentémonos a negociar donde estábamos. ¡Ya basta de agravios comparativos entre la plantilla que poco nos ayudaran a salir de la complicada situación en la que nos encontramos!