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LAS RELACIONES LABORALES SE SIGUEN DETERIORANDO EN EL GRUPO LIBERBANK
El mes de Mayo de 2012, no solo va a ser como todos los años el mes de las flores. Para el futuro del sistema financiero español será de suma importancia y para algunas Entidades Financieras, como es el caso de Liberbank, será fundamental. Antes del 31 de Mayo, según el Decreto sobre
Empiezan las especulaciones y las quinielas sobre posibles fusiones, sin duda alentadas por la desconfianza que existe en Europa sobre la banca española y las prisas por que se lleven a término, sin duda motivadas por el pánico que le está produciendo al Gobierno de España la situación en que nos encontramos.
A cualquier observador externo, entre los que se pueden incluir a los futuros candidatos a una posible fusión, le puede parecer que Liberbank, es una entidad en la que todo va sobre ruedas, que no padece ningún conflicto, que está realizando una integración de sus cajas origen ejemplar, que se pasa la vida presumiendo de poder continuar en solitario, en definitiva, que sería el compañero de viaje ideal. Nada más lejos de la realidad. A poco que se rasque un poco sobre la superficie aparece la cruda realidad, un conflicto latente que se nos escapa por las costuras. Unas costuras que, perece ser, nadie ha sabido o ha querido rematar de forma apropiada.
En lugar de una integración racional con dialogo y negociación, que permitiera aprovechar lo mejor de cada entidad origen, se ha optado por el mando y ordeno, la colonización, la imposición de operatorias aunque no fuesen las mejores y planteasen multitud de problemas.
En lugar de políticas orientadas a la implicación de las plantillas con la nueva empresa, para que pudiesen trasmitir esa implicación a la clientela, se ha optado por destruir rápidamente las relaciones con las cajas origen (esto ya no es caja ., es lo que más se oye), sin ser capaces de crear vínculos con la nueva empresa, que lo único que ha generado es, una plantilla apática y desmotivada, que se siente minusvalorada y utilizada como un objeto en el que los clientes descargan sus iras, con un futuro cada vez más incierto (especialmente en los servicios centrales) y que se ven obligados/as a realizar cosas tan absurdas como tener que ofrecer a un cliente un producto que ya ha rechazado cien veces o tener que acudir todos los días a un lugar de trabajo, en el que no puede hacer nada porque carece de terminal o de claves para trabajar, sin olvidarnos de la convivencia en el mismo centro de trabajo de trabajadores/as de la misma empresa pero con distinto horario laboral.
Mientras tanto y como a río revuelto ., algunos jefecillos/as han llegado a la conclusión de que la mejor forma de hacer méritos es presionando a los/as curritos/as cuanto más, mejor, aunque en algunos casos se hayan sentido decepcionados/as cuando, como premio a sus desvelos, les han presentado un contrato individual que no les deja dormir y no es para menos.
Esto no son lamentos, los lamentos no conducen a nada, sino la constatación de una situación que se produce en nuestra empresa.
Tampoco pretendemos decirle a nadie como tiene que dirigir la empresa, pero sí tenemos la obligación de manifestar cuales son las consecuencias de las decisiones que toman quienes la dirigen en lo que a los trabajadores y las trabajadoras se refiere.
Si como acostumbran a decir las empresas, su principal capital es el capital humano y su principal activo sus empleados y empleadas y teniendo en cuenta, que la normativa exige hacer dotaciones por los activos que se deterioran, haría bien Liberbank cuando formule sus cuentas, en ir dotando este activo en al menos un 70% de su valor, si no quiere sorpresas.
Desde el inicio del proceso de integración, hemos ofrecido nuestra colaboración para hacer, que un proceso que podía presentar dificultades, se hiciese de la forma más fácil y rápida posible y a cambio, lo que más hemos recibido es, la callada por respuesta, falsas promesas de estudio de los temas, dilatar los asuntos en el tiempo sin llegar a resolverlos y, lo que es peor, el incumplimiento sistemático de las normas, ya sean de acuerdos en las cajas origen, el propio convenio colectivo y hasta el mismísimo acuerdo laboral de integración que libremente firmaron.
No estamos dispuestos a iniciar un nuevo periodo de negociación en una posible nueva fusión cuando sistemáticamente se está incumpliendo lo acordado hasta ahora. Nuestros servicios jurídicos están trabajando, para la presentación de demandas, tanto individuales como de conflicto colectivo y no van a ser pocos. A modo meramente enunciativo y para no cansar, algunos ejemplos: inexistencia de cuadro de vacaciones (Art. 35 del convenio), prolongaciones de jornada y horas extraordinarias (Art. 33 del convenio) comisión de servicios y compensación de gastos (Art. 96 del convenio) incumplimiento de acuerdos y normativas existentes en las cajas de origen como, pagas extras (Caja Asturias) revisión periódica Clasificación Oficinas, financiación secciones sindicales (CCM) salario variable (Caja Cantabria) consolidación de niveles profesionales (Caja Extremadura), incumplimiento del acuerdo laboral de respeto a las condiciones laborales de origen, al deber de información a la representación laboral, a la no constitución de la comisión negociadora contemplada en el mismo, la inoperancia y falta de contenido de
De las individuales, para qué hablar. Por ser la más próxima, el despropósito del descuento de la jornada de huelga general a los que nos adherimos a ella. ¿Pretenden amedrentarnos o es simple incompetencia?. Claro que, a la vista del tratamiento que le están dando a la compensación de gastos por la asistencia a cursos de formación, puede ser simple racaneo.
Las liquidaciones a los prejubilados/as que salieron en Febrero, la supresión de pluses con efectos retroactivos. Y qué decir del pago de la indemnización a los/as desplazados/as por movilidad geográfica de mediados de Diciembre, que se la han pagado en Enero y que por tanto les ha incrementado las retenciones a cuenta del IRPF de todo el año, ¿es mala uva o pura y simple incompetencia?.
No sabemos si tal profusión de demandas tendrá algún efecto negativo en el ánimo de algún posible futuro socio, que le lleve a pensar que a lo mejor no es todo como se lo están contando, pero si así fuera y buscan un culpable, no nos miren a nosotros.
Así como lo anterior no era un lamento, esto tampoco es una amenaza, sino el anuncio de una actuación sindical a la que nos vemos obligados ante la falta de alternativas.
Aún estamos a tiempo de evitar que las relaciones laborales se sigan deteriorando. El pacto laboral que tenemos contempla la constitución de una comisión negociadora que lo complete. En lugar de obligarnos a judicializar los problemas, deberíamos constituir la comisión y sentarnos a hablar y a solucionarlos, sería bueno para todos.