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Se negoció durante dos semanas, Obama presionó a Merkel y podría haber intervención 'total'
CAJA BADAJOZ. ASI SE RESCATO A ESPAÑA.
Cuando el ministro de Economía, Luis de Guindos, advirtió durante su comparecencia en el Círculo de Economía de Catalunya que el futuro del euro se jugaría en las próximas semanas, ya tenía encima de la mesa el ultimátum lanzado por Alemania y Bruselas.
Los socios europeos querían anunciar el rescate a España antes de las elecciones griegas, con el fin de evitar que nuestro país fuera víctima de los ataques de los especuladores, en caso de que el bloque de ultraizquierda se alce con la victoria en los comicios. Justamente la tesis contraria era defendida por el Ejecutivo de Rajoy, que se mostraba partidario de esperar a finales de junio para solicitar la ayuda. El argumento utilizado es que un 'no' al euro por parte de Grecia, implicaría una refundación de Europa y obligaría al Banco Central Europeo (BCE) a comprar deuda española y a inyectar dinero a raudales al sistema financiero. Para presionar a nuestro país, el Gobierno alemán llegó a filtrar a 'Der Spiegel' el 2 de junio pasado las fuertes presiones al Ejecutivo español. El problema estaba, como explicó, el comisario de Economía, Olli Rehn, que para rescatar a un país es necesario que éste lo pida. El ministro de Economía alemán, Wolfgang Schaüble, fue uno de los que más insistió en acordar pronto un rescate, que permitiera despejar las incertidumbres en los mercados financieros. Schaüble condicionaba las ayudas a un programa de estabilidad completo, dadas las fuertes críticas dentro de la CDU, por temor a extender un cheque en blanco para España. La visita realizada a finales del mes pasado por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, a Washington sirvió para convencer a la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, de que el problema español es exclusivamente bancario y que con una ayuda a las entidades financieras se solventarían nuestros problemas. La Administración Obama, con elecciones en noviembre, se convirtió asimismo en uno de los principales aliados en defender a España. La presión ejercida personalmente por Obama sobre la canciller germana, Ángela Merkel, fue fundamental para que aceptara la propuesta, según medios próximos a las negociaciones. Las negociaciones se celebraron en paralelo también con el BCE, ya que la condición que puso su presidente, Mario Draghi, durante la cumbre celebrada en Barcelona, para comprar deuda española es que antes se solventara el problema de sus entidades financieras. Los europeos aceptaron a regañadientes una vía excepcional, consistente en rescatar a la banca sin poner condiciones concretas para España. Por eso, el comunicado emitido este fin de semana por el Eurogrupo hace mención a una fuerte vigilancia de la evolución de las cuentas públicas, tanto autonómicas como estatales. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el presidente de la Oficina Económica del Gobierno, Álvaro Nadal, celebraron varias videoconferencias con las autoridades europeas para explicar el estado de las finanzas y dar garantías sobre el cumplimiento de los objetivos de déficit en el futuro. El acuerdo excluye textualmente la imposición de condiciones al Gobierno, pero implicará un reforzamiento de la vigilancia que ésta realiza sobre la economía española. La ayuda se dará al Estado español, muy probablemente al Fondo de Reordenación Bancaria (FROB), aunque luego se canalice a la banca. Eso quiere decir, que es el Gobierno el que deberá aportar garantías adicionales para asegurar que el préstamo es recuperado íntegramente por sus donantes. Curiosamente, la mayor incertidumbre existente se cierne sobre las entidades financieras. El Gobierno no negoció en qué condiciones se dará dinero a los bancos rescatados para recuperar la inversión, aunque se espera que vayan mucho más lejos de las exigidas hasta el momento. En fuentes oficiales, se apunta que éstas dependerán de la cuantía final. No es lo mismo si se piden 60.000 o 100.000 millones. También estará en función del grado de participación del capital exterior. La Unión Europea tiene en estudio una norma que endurece de manera extraordinaria las pérdidas para los tenedores de deuda de las entidades financieras y sus accionistas. El objetivo es limitar al máximo las inyecciones de dinero público, de manera que sean los inversores de las entidades quienes carguen con el ajuste. La norma es controvertida porque su aprobación en estos momentos añadirá nueva leña al fuego sobre las dificultades de los bancos para financiarse en los mercados en la actualidad. Otra de las grandes incógnitas de la línea de crédito aprobada por la UE es si ello comportará la defensa por parte de Banco Central Europeo de nuestra prima de riesgo, en caso de que continúe la tensión sobre ésta en los mercados. Sobre este asunto existe un gran mutismo oficial, aunque la presión germana para que el rescate fuera completo, hace temer que siga la pasividad actual en caso de que no bajen los intereses exigidos. Los problemas de Italia y otros países desaconsejan, por otro lado, un papel más activo del BCE, ya que dispararía la factura total a pagar. Después del acuerdo, el comportamiento de la prima de riesgo sigue siendo la principal preocupación del Ejecutivo. Los presupuestos se elaboraron con un nivel de entorno a los 350 puntos. Ello implica que si continúa por encima de los 450, como ocurre en la actualidad, el incremento del pago de intereses conllevaría más déficit público y un mayor riesgo de incumplimientos. En conclusión, España ha logrado un hito, con un acuerdo excepcional, pero la evolución económica y el cumplimiento de los compromisos determinarán si es suficiente para relajar las tensiones y apaciguar el mercado o habrá que recurrir a un rescate completo.Presión de Alemania sobre España
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