en cuanto al Popular, tendrá que acelerar las ventas de activos y realizar una importante ampliación de capital.
Concretamente, los analistas de JP Morgan estiman que BMN tiene un déficit de capital de 7.739 millones, Popular tiene que conseguir 3.295, Libercaja necesita 6.445 y Unicaja presenta unas necesidades de 2.772.
Esto no significa que vayan a recibir estas cantidades del dinero del
rescate europeo, sino que tienen que reunir esos fondos parahacer frente
al escenario adverso de las pruebas de resistencia. En el caso del
Popular, podrán obtener ese dinero de forma totalmente privada, mientras
que las otras tres podrán minimizar la factura del rescate con ventas
de participadas y negocios, asunción de pérdidas por las preferentes,
traspaso de los activos tóxicos al 'banco malo' o entrada de inversores
privados (algo que la firma norteamericana considera inviable en este
entorno).
El banco de inversión estima unas necesidades totales del sector de 61.298 millones.
Como todo el mundo espera, las mayores corresponden a BFA-Bankia, de
20.097 millones, pero otra de las sorpresas de su análisis son las bajas
cantidades que corresponden a las otras dos cajas nacionalizadas: 8.116
millones para NovaGalicia y 7.129 para CatalunyaCaixa, por debajo de
BMN. Completan el total el intervenido Banco de Valencia, con 5.176
millones, y Sabadell -otra sorpresa porque el sector espera que sus
necesidades sean cero- con 531. Para hallar estas cifras, JP Morgan ha
estresado los datos individuales de cada entidad siguiendo la
metodología de Oliver Wyman.
Los
analistas de JP Morgan son muy duros con las entidades del llamado Grupo
2, es decir, aquellas que necesitarán ayudas públicas para cubrir su
déficit de capital: BMN, Liberbank y Unicaja-Caja España. A su juicio,
este grupo puede estas sujeto a las medidas de intervención temprana,
reestructuración o resolución ordenada, a elección del FROB, pero "el
test de estrés y el análisis de su inviabilidad sugieren la necesidad de llevar a cabo una resolución ordenada", algo que cree que también sucederá con Banco Valencia.
Adiós a las fusiones
Sin
llegar tan lejos, unos resultados así prácticamente tirarían por tierra
las fusiones en marcha y las que se están considerando.
Unicaja seguramente rompería con Caja España-Duero ya que ni siquiera
las ayudas concedidas por el Banco de España, de unos 2.000 millones (los 525 millones del FROB que ya tenía Caja España y que se quedan
fuera de la fusión, 475 millones en convertibles contingentes -CoCos- y
una línea de disponibilidad de hasta 1.025 millones), más la generación
de beneficios bastarían para cubrir estas necesidades de capital más
los 2.600 millones que debe provisionar entre el Decreto de febrero y el
de mayo. De hecho, el proceso de integración apenas ha avanzado desde
marzo.
Otro tanto ocurriría probablemente con
Ibercaja-Liberbank, puesto que la entidad aragonesa no estaría dispuesta a
hacer frente a unos requerimientos de esa magnitud (casi 6.500
millones), que implicarían su nacionalización automática. Aunque el
análisis de JP Morgan no hace estimaciones individuales, algunas fuentes
señalan que la caja que preside
Amado Franco podría seguir en solitario sólo con ayudas públicas temporales, por lo que
rompería la fusión, tal como adelantó
El Confidencial. En estos casos, Tanto Caja España como Liberbank tendrían que ser nacionalizadas y vendidas o liquidadas.
Finalmente, el que más difícil lo tendría es BMN, que con esas necesidades de 7.700 millones pasaría también a engrosar
la lista de entidades nacionalizadas. Las conversaciones que mantiene la
entidad que preside Carlos Egea con Popular también se quedarían
en agua de borrajas puesto que dicha operación sería inviable con ese
déficit de capital. Sin contar las necesidades del propio Popular, de
3.295 millones.
El Popular, obligado a vender y ampliar
Esta
cifra supone el 3,4% de sus activos ponderados por riesgo, por encima
del 2%, lo que implica que el Popular debería recibir CoCos del Estado y
tendría de plazo para devolverlos hasta junio de 2013. Ahora bien, JP
Morgan entiende que puede cubrir ese déficit perfectamente sin necesidad
de ayuda pública. En primer lugar, espera que consiga entre 2.000 y
2.300 millones mediante ventas de negocios (tarjetas y crédito al
consumo), de oficinas, del negocio de seguros en Portugal o de otros
activos estratégicos, algo que contempla el banco que preside Ángel Ron en
su último plan de negocio. Ahora bien, tendría que acelerar la venta
antes de junio de 2013, fecha tope para la recapitalización de entidades
con un déficit de más del 2%.
En segundo lugar,
tendría que elevar la ampliación de capital prevista por encima de los 700 millones estimados inicialmente.
El Confidencial adelantó en agosto que
el banco ha sondeado al mercado para una operación en torno a 1.500 millones,
aunque JP Morgan considera que "requeriría unas favorables condiciones
de mercado e implicaría una significativa dilución para los accionistas
actuales". Con los fondos obtenidos por estas dos vías, más la
generación orgánica de beneficios, podría cubrir el déficit y las
provisiones de los Decretos 'De Guindos', que ascienden a 7.600 millones
(de los que ha dotado ya 2.500 y prevé reconocer otros 4.200 antes de
fin de año).
Finalmente, Sabadell tendrá que hacer frente a 531 millones,
algo que sorprende porque se esperaba que se incluyera en el Grupo 0
(los que no requieren capital), pero que no supondrá ningún problema
para la entidad de Josep Oliu, que podrá cubrir esa cantidad perfectamente con generación orgánica de beneficios.
Todas las entidades se han visto perjudicado porque la simulación de JP Morgan es más dura que los test de estrés reales,
puesto que estresa las carteras de exposición internacional, repos y
administraciones públicas, cosa que no ha hecho Oliver Wyman. Esto
incrementa las necesidades de todas las entidades, aunque es difícil
determinar en qué cuantía. El más perjudicado es Popular, puesto que es
el único que tiene una exposición internacional significativa aparte de
los dos grandes, y esas tres carteras suponen unos 20.000 millones de
activos. Fuentes del banco aseguran que "el informe de JP Morgan, además
de contener errores metodológicos, está muy alejado de la realidad".