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Kutxa y la elección de un presidente
COMFIA-CCOO y la
sección sindical en Kutxabank respaldan y avalan plenamente la posición
mantenida por la representante de
La
resolución de la pugna por la presidencia de Kutxa ha vuelto a provocar un
nuevo ataque de victimismo en el que algunos son verdaderos especialistas. Como
en otras ocasiones, la izquierda abertzale reparte responsabilidades a diestro
y siniestro, sin asumir ninguna. Prefieren los insultos y las descalificaciones
a preguntarse por su responsabilidad en que se hayan visto en esta situación:
insuficientes resultados, cierto desconocimiento de la mecánica electoral,
graves dificultades para tejer acuerdos con otros a causa de su radical
sectarismo con otras fuerzas (por ejemplo, con CCOO). Quien siembra vientos,
recoge tempestades.
CCOO
ha presentado candidaturas para los consejos de administración y comisiones de
obras sociales en función de acuerdos alcanzados con distintas fuerzas en cada
caso: en la parte de la representación de la plantilla se ha hecho, en BBK y
Vital, en base al acuerdo que mantenemos con ELA; en Kutxa no lo hemos hecho y
hemos apoyado la candidatura de Pixkanaka Kaskari.
Tampoco
en lo que se refiere a la representación de la clientela impositores- hemos
alentado ni participado en ningún frente contra nadie. Hemos llegado a acuerdos
con distintas fuerzas para intentar alcanzar una presencia en los consejos
acorde con nuestra representación en las asambleas y teniendo en cuenta los
condicionantes de la normativa electoral vigente en las cajas.
Así,
hemos compartido candidatura con Pixkanaka en Kutxa, con otras plataformas
sociales en Vital y con el PSE en BBK. Expresamente hemos declinado la
invitación de Bildu a hacerlo en BBK y VITAL, realizada cuando pensaban que no
iban a poder presentarse en solitario. En ningún momento, desde Bildu, se nos
ha planteado ni recabado ningún tipo de apoyo en relación con el proceso en
Kutxa, más allá de los llamamientos de última hora en prensa para abstenernos
cuando han visto peligrar su posición.
Los
puestos obtenidos el pasado día 21 en los distintos consejos de administración
(1 en Kutxa, 2 en Vital y 3 en BBK) lo han sido en función de apoyos directos a
estas candidaturas, tanto entre los impositores como entre la plantilla. Ningún
frente anti-Bildu, pues.
No
seremos nosotros quienes consideremos modélico el proceso electoral en Kutxa,
pero quizás no sea Bildu quien pueda dar demasiadas lecciones, como por ejemplo
la del irregular nombramiento del representante de Pasaia. O sus denuncias
sobre la vulneración de la pluralidad, que tienen poco crédito viniendo de
quienes con ¡8 concejales de 27! se han asignado los 7 representantes del
ayuntamiento de Donostia en la asamblea de Kutxa, en contra de como se venía
haciendo hasta ahora.
Lo
cierto es que el proceso electoral dio como resultado una asamblea en la que
nadie tiene mayoría absoluta. Puede que Bildu se haya acostumbrado, tras los
precedentes de
Lo
que el día 21 se decidía en Kutxa no eran las políticas de ajuste del gobierno,
los desahucios o la privatización de la entidad. Hace un año Kutxa (como BBK y
Vital) transfirió toda su actividad financiera a KUTXABANK, en una decisión que
contó con un apoyo abrumador, incluido el de Bildu tras anunciar a bombo y
platillo su acuerdo con Mario Fernández. Así pues, menos demagogia con un tema
tan sensible como los desahucios, menos caradura con la supuesta privatización.
Se
decidía exclusivamente la presidencia. Será en un momento posterior cuando se
abordará la representación de Kutxa en el consejo de Kutxabank y qué
planteamientos se trasladan al mismo. Y nadie tiene en Kutxa una mayoría como
para imponer sectariamente esa representación.
Dos
cosas se nos destacan de las propuestas que Bildu está planteando como
programa para Kutxabank: un convenio colectivo que expulsa del mismo al 25%
de la plantilla del banco, con el que saben que CCOO está radicalmente en
contra; y un poco aclarado proyecto de revertir la presencia de Kutxa en
Kutxabank, de consecuencias incalculables actualmente para su viabilidad como
entidad financiera. ¿De verdad piensan en Bildu que pueden esperar que les
facilitemos un viaje a ninguna parte, con inciertas y gravísimas implicaciones
sociales y laborales para la plantilla y para la sociedad guipuzcoana?
CCOO
no tiene ningún compromiso con ningún frente anti-Bildu, pero tiene su
autonomía para decidir libremente su voto en cada momento en función de las
implicaciones que los distintos planteamientos en relación con el futuro de
Kutxa y Kutxabank pueden tener para la plantilla de la entidad, para la
viabilidad de la empresa, para su función económica y social. Y esa autonomía
la vamos a seguir ejerciendo, les guste o no.
Mucho
nos tememos que como en el 2008, cuando de manera irresponsable y de la mano
con PSE y PP se cargaron la fusión de BBK y Kutxa para crear -¡entonces sí!-
una genuina caja de ahorros, los planteamientos de Bildu son un peligro más grave
que otros para el futuro de Kutxa, de Kutxabank y de sus plantillas.
Y,
del mal, el menos.