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Ponencia Alejandro Inurrieta | El mal llamado banco malo, Sareb, nace tarde y mal.
CAJA3. LO PEOR DEL BANCO MALO.
El deterioro acumulado de las carteras de las entidades financieras es tan acusado, que el precio establecido de traspaso es tan ficticio, como la rentabilidad prometida por el ideólogo del mismo.
El llamado banco malo (aquel que el 22 de abril de 2012 no iba a existir, "ni bueno ni malo", según el ministro de Economía, Luis de Guindos) ya es una realidad, desde el pasado 1 de diciembre. VER PONENCIA COMPLETA EN PDF | Debate abierto del 29 de enero al 18 de febrero.
La Sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb) nace como una de las contrapartidas impuestas a España por la UE para la inyección de un préstamo de 41.000 millones para la recapitalización de la banca española con déficit de recursos propios. El banco malo sigue los precedentes de otras experiencias (bad bank) que tuvieron lugar en EE UU en los años 80, en Suecia, Noruega y Finlandia en los 90 y en Irlanda tras el rescate a fines de 2010. Sin embargo, su estreno adolece de una serie de requisitos que sí tuvieron que cumplir sus homónimos europeos en el pasado. Por un lado, el Estado español ha hecho dejación de funciones a la hora de auditar las entidades intervenidas y nacionalizadas. Ha tenido que ser una supuesta empresa independiente, Oliver Wyman, en la que trabajó el actual Secretario de Estado de Economía, la que haya hecho una auditoria, cuantificando las necesidades de capital de las entidades afectadas. Es decir se ha entregado a una entidad, con posibles intereses creados, el diagnóstico del problema, hurtando a la sociedad española de la información exacta y fidedigna, aun cuando, el coste final de la intervención se va a sufragar con dinero público.