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UNA MIRADA DE GÉNERO. Poniendo el grito en la mitad del cielo
A la valoración triunfalista del gobierno sobre los datos de la EPA del 4º Trimestre del 2013 las mujeres sólo podemos responder poniendo el grito en el cielo. O por lo menos, en la mitad del cielo, en el espacio simbólico que nos corresponde. Porque, vamos a ver, qué hay de positivo en unos datos que reflejan una tasa de paro femenino en aumento, ahora en el 26,87% (16 años y más), en un trimestre que ha sumado 43.200 mujeres a la fila del desempleo, con 480 paradas más al día.
Cómo dudar de que la disminución del paro sea una buena noticia, en un contexto sociolaboral tan castigado como el nuestro. Pero hay que saber que cuando nos dicen que el número de personas desempleadas ha disminuido en 8.400 este 4ºT del 2013, debe explicarse que esa cifra resulta de un descenso del paro de 51.600 hombres y un aumento de 43.200 mujeres.
Igualmente, en términos de variación anual, podemos celebrar que en este último año hayan dejado el desempleo 69.000 personas. Pero cuando desagregamos los datos, constatamos con estupor (por la preocupante tendencia social que desvela), que este descenso del paro ha sido para el empleo masculino, porque en el 2013, según el INE, en las cifras del desempleo se ha producido un descenso de 87.300 en los hombres y un incremento de 18.200 en las mujeres.
¿Qué ocurre con el empleo de las mujeres? ¿Qué ocurre con quienes contratan o en los procesos de selección? ¿No es alarmante la discriminación implícita que revela esta tendencia?
Parece el resultado que cabe esperar de una ideología conservadora y retrógrada que busca lograr la vuelta a casa de las mujeres, inyectando mística de la domesticidad en declaraciones y retóricas, con un gobierno al que cabe acusar de misoginia por una ley educativa que fomenta la segregación y aleja la coeducación, por un anteproyecto de ley que recorta la libertad de decisión de las mujeres, por una reforma laboral con importantes componentes discriminatorios, por un retroceso en las políticas de igualdad, junto a otras medidas, como el recorte en servicios públicos y en el gasto social en Atención a la Dependencia, Educación Infantil y otros servicios de cuidado, que han expulsado a muchas mujeres fuera del empleo.
Sacudir conciencias, cambiar mentalidades y realidades retrógradas han sido siempre elementos comunes del pensamiento crítico y la movilización emancipadora, y, por tanto, del sindicalismo y del feminismo. Por eso, ponemos la mirada en aquellos aspectos de la desigualdad que el orden ideológico imperante disfraza para que pasen inadvertidos. Y situamos en la agenda pública las discriminaciones de género y la violencia contra las mujeres, porque lo que no se ve, ni se nombra, no se cambia. Por ello, ponemos el grito, la reivindicación, en el cielo y en la tierra. O por lo menos, en la mitad, en el espacio simbólico que nos corresponde. Y junto con la vindicación, la propuesta correctora.
Para conocer más de las propuestas de CCOO: Crisis, políticas públicas y desigualdad entre mujeres y hombres
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Secretaría Confederal de la Mujer e Igualdad de CCOO, 24 de enero de 2014.