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Permiso de paternidad
LABORAL
La propuesta que está estudiando el Ministerio de Trabajo para instaurar un permiso de paternidad adicional al de maternidad es, en principio, positiva para la sociedad, porque abunda en el objetivo de conciliar la vida laboral y familiar y, además, estimula la natalidad.
Buena falta hace en España. Hay que tener en cuenta que la inserción laboral de la mujer es el principal problema del mercado de trabajo, con una tasa de desempleo femenina el 12% de la población activa que supone el doble de la masculina; y que el bajísimo nivel de natalidad uno de los menores del mundo va a suponer un grave problema en los próximos años.
El Gobierno ha reconocido que, en 2015, la Seguridad Social entrará en déficit, si no se toman medidas para aumentar el número de trabajadores que coticen. Dicho esto, no se puede pasar por alto el coste económico de la medida. Los cálculos que se barajan hasta ahora cifran en 120 millones de euros el gasto para la Seguridad Social de cada semana de prestación.
Además, una iniciativa de este tipo que sólo está en vigor en tres países del norte de Europa puede suponer una alteración de la vida de las empresas. Conviene, por lo tanto, reflexionar seriamente sobre las repercusiones de una propuesta lanzada, quizás alegremente, por el PSOE durante la campaña electoral.