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Continúa el malestar en La Rioja
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A
finales del pasado año publicamos una circular haciéndonos eco del malestar
existente en la plantilla de Bankia en La Rioja, por muy diversos motivos. A
día de hoy siguen sin solucionarse los problemas en el trabajo diario de los
profesionales en nuestra provincia y, sin embargo, la falta de respeto a
los empleados y las malas formas van en aumento por parte de ciertos
responsables. Alguno
de estos Jefes llama habitualmente a las oficinas por las tardes (no
laborables) para posteriormente recriminar, de muy malas maneras, las ausencias
fuera del horario laboral. Quizá debería recibir más cursos sobre
modales y educación, y también en relación con la normativa del Convenio
Colectivo que tanto insiste en que los trabajadores vulneren. Estos
Jefes tóxicos deberían preocuparse más por apoyar a las sucursales que por
presionar de forma obsesiva para el cumplimiento de los objetivos. A
menudo, por lo que realmente están interesados es por sus propios
objetivos; una V2 que les reportará unos beneficios que, a día
de hoy, por falta de transparencia, nadie sabe a cuanto pueden ascender. La
prepotencia de estas personas es desmedida; incluso aunque puedan pedir
disculpas días después de sus abusivas e injustificables críticas a los compañeros,
el daño moral causado es difícil de reparar. En vez de motivar a la plantilla hacen
que el trabajador, poco a poco, se sienta menos identificado con la entidad y,
sobre todo, con esta forma de trabajar. También
en La Rioja tenemos otros responsables que insinúan con demasiada frecuencia a
los empleados que el día tiene 24 horas o la
jornada va desde las 8 a las 20 horas y hacen de la normativa de
vacaciones un asunto personal. Pretenden limitar su disfrute, para algunos
colectivos, a los meses de Julio y Agosto, mientras ellos siguen otros criterios
menos restrictivos. Incluso, en su ¿ignorancia? han
llegado a decir que se debe contratar un seguro de vacaciones (no pagado por
ellos) por si Bankia requiere los servicios del empleado en las mismas fechas
que tenían asignadas para su disfrute. Por
último, además de prontos inexplicables y, a veces, cierta mala leche,
otros actúan de forma mas sibilina, dejando caer que hay que cumplir objetivos porque
la reestructuración no ha finalizado y los puestos de trabajo no están
seguros. Mienten y lo saben, ya que la reestructuración en nuestro
territorio ya finalizó y, en este sentido, no peligran más puestos
de trabajo. A
esta carencia de profesionalidad de algunos, en nuestra Comunidad la
falta de personal en muchos centros, y también en departamentos, hace imposible
enfrentarse al volumen diario de trabajo. Esto a menudo conlleva la presión
injustificable sobre una plantilla que difícilmente puede conciliar la
vida laboral y personal debido a las constantes prolongaciones de
jornada. Hay oficinas que se encuentran colapsadas desde hace tiempo
sin que nuestros dirigentes aporten soluciones. A
todo esto añadir la frecuencia de cursos y reuniones fuera del horario
de trabajo. No es extraño que, con esta sobrecarga de trabajo, Bankia
haya resultado ser la entidad con uno de los mayores ratios de
eficiencia de España, y eso a pesar de la falta de apoyo y el
servicio deficiente que en ocasiones se presta a las
oficinas. Todos
estos factores están suponiendo una merma en la salud de muchos empleados, en
algunos casos muy preocupante, necesitando medicarse para poder llevar a
cabo su trabajo, sin medios adecuados, con presiones inaceptables y, en la mayoría
de los casos, sin un reconocimiento a su extraordinario esfuerzo.