Lo que a corto plazo podría convertirse en uno de los mayores expedientes de regulación de empleo en Aragón poniendo en riesgo en torno a 300 empleos, según comunicó la empresa a la representación de los trabajadores el pasado 2 de septiembre, inicia un conflicto que previsiblemente será de largo recorrido.

La asamblea de trabajadores celebrada durante un paro parcial, ha contado con la participación de la práctica totalidad de los empleados. La plantilla ha aprobado por unanimidad el calendario presentado el comité de empresa, dando comienzo el día 17 de septiembre con una concentración en las puertas de la sede de Barclays en la capital aragonesa, coincidiendo con una primera jornada de huelga durante el día 30 de septiembre. 

Según informa el comité de empresa, las movilizaciones que se desarrollarán hasta finales del mes de octubre "servirán para pedir responsabilidades y soluciones a la posible pérdida de empleo, tanto a Barclays que se deshace de su negocio en España, como a Caixabank compradora de éste y por supuesto a las instituciones locales y regionales, responsables últimos de preservar estos derechos". 

El objetivo que marca la plantilla, es minimizar el impacto del futuro expediente de regulación, ya que según declaraciones de los representantes de los trabajadores, la entidad financiera "dispone de recursos suficientes para aumentar el volumen de trabajo en el centro de Plaza que hoy emplea a 550 personas y que de lo contrario, podría suponer el cierre total del centro a medio plazo"