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Cuatro años en los que vivimos 'peligrosamente'
SECCIÓN SINDICAL ESTATAL DE CCOO-GRUPO BMN
Desde el estallido de la crisis económica cuyo epicentro se localizó en el sector financiero y en concreto en el antiguo sector de ahorro, muchos han sido los obstáculos que los trabajadores y trabajadoras, de la mano de su sindicato mayoritario CCOO, hemos tenido que sortear estos cuatro años, con una reestructuración desconocida hasta entonces.
- A nivel de entidades: el sector de ahorro se ha visto envuelto en el mayor proceso de reestructuración de toda su historia a resultas del cual de las 45 Cajas existentes en 2010, apenas quedan 16 entidades y de éstas, sólo dos siguen operando como Cajas de Ahorro (Pollença y Ontiyent).
- A nivel de plantilla: que ha vivido el más traumático proceso de reestructuración de su vida. Así el cierre de casi 8.000 oficinas (un 34,4%) ha conllevado la reducción del empleo de más de 45.000 trabajadores y trabajadoras.
- En medio del 'tsunami' de la Reforma Laboral más lesiva de todas las que se han aplicado en la historia de la Democracia que ha permitido abaratar el despido, modificar las condiciones laborales unilateralmente, contratar en condiciones mucho peores que antes...
- Ayudado por un ataque sin precedentes, y claramente interesado, al modelo jurídico de Cajas de Ahorro, justificado en la inviabilidad de ese modelo (que sin embargo ha sido plenamente operativo en entidades como Caixabank, Unicaja, Ibercaja o Kutxabank, ajenas a las malas praxis), cuando no las actuaciones rayanas en la corrupción política y económica, que son las que llevaron a otras entidades a naufragar.
- Ante la dejación y la pasividad de los organismos supervisores (BdE y CNMV), que omitieron su deber de vigilar lo que estaba aconteciendo en el sector.
- Hemos tenido que frenar la Reforma Laboral que permitía aplicar medidas hasta entonces desconocidas -despidos objetivos, indemnizaciones a 20 días, recorte unilateral de condiciones laborales-, en los procesos de reestructuración de aquellas entidades del sector intervenidas por el FROB a causa de la profunda crisis a la que las habían conducido sus gestores y negociar en aquellas entidades, donde la representatividad de CCOO lo permitía, acuerdos que primasen la salida voluntaria de trabajadores/as con indemnizaciones muy superiores a las que establecía la Reforma Laboral, permitiese prejubilaciones dignas y consiguiese que los pretendidos ajustes fueran sólo coyunturales.
- Hemos conseguido mantener las condiciones laborales de todo el sector, conseguidas en años de lucha en los que CCOO ha sido tradicionalmente el sindicato mayoritario, mediante la defensa de un Convenio Colectivo que se ha revelado como el mejor muro de contención de nuestros derechos.
- Se ha podido conservar en lo posible, la capacidad adquisitiva de las trabajadoras y trabajadores en un escenario de crisis, en el que la devaluación salarial ha sido una herramienta de ajuste corriente en las empresas. Por ello, merece destacar lo beneficioso que ha sido para los trabajadores/as el cambio de IPC (ahora en deflación) por el del PIB como referencia para la actualización de salarios que ha permitido que desde el año pasado nuestros sueldos, a nivel Convenio, se hayan revalorizado.
- Hemos tenido que afrontar un proceso de movilizaciones con paros, huelgas y manifestaciones, que han contado con el apoyo mayoritario de la plantilla allí donde se han convocado, lo que demuestra la confianza de ésta en CCOO y en esta herramienta de lucha para defender nuestros empleos y derechos.
- Nos ha tocado luchar en el día a día contra las consecuencias prácticas de la salida de más de 45.000 personas del sector, esto es, la carga excesiva de trabajo y la insoportable presión comercial que está repercutiendo sobre los trabajadores/as que se han quedado en las entidades. Campañas como 'No trabajes en B'; '#estonoesnormal' o 'Plantilla al borde de un ataque de nervios' realizadas por CCOO en prácticamente todas las entidades del sector, vinieron a reforzar la campaña de denuncias ante la Inspección de Trabajo por las prolongaciones de jornada propiciadas por la insoportable presión comercial a la que está siendo sometida día a día la plantilla.