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Nadie se cree estas valoraciones profesionales.
No se puede construir el futuro a base de arbitrariedad, impunidad y falta de respeto a la plantilla.
La valoración carece de las mínimas garantías para los trabajadores.
En estos días se ha intensificado la presentación a los trabajadores de sus supuestas "valoraciones profesionales"; un proceso que, como venimos denunciando, carece de las mínimas garantías para los interesados y que se ha hecho a sus espaldas, en todo momento.
La fase actual de información pública de este amaño masivo de notas y comunicación a los trabajadores de unos resultados que les han impuesto, no hace sino añadir más vergüenza y bochorno a este proceso.
En esta puesta en escena, en efecto, podemos confirmar que se han producido todo tipo de desatinos: bajadas de notas arbitrarias y aleatorias, incluso sobre la marcha, incluso de 2 ó 3 puntos, de golpe y porque sí; valoración de aspectos personales, que nada tienen que ver con el desempeño profesional; absoluta falta de respeto a los empleados, en su doble condición de personas y trabajadores; y un largo etcétera de episodios lamentables.
Por ello, cada trabajador debe actuar en conciencia, pudiendo firmar la valoración que se le presenta, sin más; firmarla y añadir observaciones, desde "recibí y no conforme" a lo que estime conveniente; o bien no firmarla.
Llama poderosamente la atención el hecho de que, en el mismo momento en que la situación de esta empresa ha experimentado una mejora muy considerable, en términos de eficiencia, rentabilidad, etc.; gracias al esfuerzo, a la actitud y al desempeño de toda la plantilla; se efectúe una valoración a la baja, de forma generalizada y también descarada, a los protagonistas y principales hacedores de esta mejoría. ¿Qué clase de broma pesada, de tomadura de pelo, es esta?.
Resulta, además, que en esta empresa tenemos ahora dos valoraciones a los trabajadores, a falta de una: la que se debe efectuar a principios de año, negociada con la representación sindical, que se desarrolla en el ámbito de la aplicación anual del Sistema de Retribución Variable, y que se inspira en los mismos principios y objetivos que la que se ha sacado Bankia de la chistera; y esta valoración que nos acaban de imponer. Un verdadero disparate en materia de gestión, del que nadie parece que debe responder, rendir cuentas o dar explicación alguna.
Este sistema abunda y abona la impunidad, induce al abuso de autoridad, introduce un peligroso componente de descaro, promueve unas formas lamentables... todo ello impropio de una empresa que presume de principios, valores y códigos que, en realidad, son poco más que papel mojado.
- ¿Quién ha organizado esto?.
- ¿Quién pone tanto empeño en desmotivar a la plantilla?.
Así no se construye nada.
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