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La mejora real de los salarios es imprescindible para crear empleo y alejar el peligro de deflación
CCOO. - La economía española sigue estando expuesta, más que otras economías europeas, al riesgo de deflación. Para CCOO, conjurar este peligro pasa por reactivar la demanda desde distintos frentes, lo que permitirá consolidar y acelerar la recuperación, aumentar la creación de empleo y recortar el paro de manera rápida y significativa. Los salarios deben aumentar, por tanto, su valor real y recuperar el poder de compra perdido, participando de las mejoras de productividad en las empresas.
Los precios subieron en febrero un 0,2%, un apreciable incremento en
comparación con la caída registrada en enero, -1,6%, debido al aumento
en el precio de los carburantes y los alimentos no elaborados, lo que da
una idea del carácter coyuntural de la bajada del precio del crudo, que
se irá agotando a lo largo del año.
No obstante, los precios mantienen su tónica general de caída,
habiéndose recortado un 1,1% en los últimos doce meses (-1,4% en lo que
va de año), aunque esta tasa es más pequeña que la observada el mes
anterior -1,3% y la inflación subyacente -sin energía y alimentos no
elaborados- vuelve a crecer dos décimas.
CCOO cree que la inflación podría ir abandonando progresivamente sus
tasas negativas a lo largo del año, según se agote el efecto de la
caída del crudo, y al año que viene, si la recuperación se afianza,
posiblemente se mueva entre el 1% y 1,5%. Pero tampoco puede descartarse
que la caída de precios se extienda a una mayoría de productos de la
cesta de la compra y esto conduzca a un estancamiento económico.
Para CCOO, la economía española sigue estando expuesta, más que
otras economías europeas, al riesgo de deflación. Conjurar este peligro
pasa por reactivar la demanda desde distintos frentes, lo que a su vez
permitirá consolidar y acelerar la recuperación, aumentar la creación de
empleo y recortar el paro de manera rápida y significativa. Desde esta
perspectiva, los salarios deben aumentar su valor real y recupera el
poder de compra perdido, participando de las mejoras de productividad en
las empresas. En el sector público se debe acabar con la congelación
salarial y la limitación a la reposición de bajas, lo que está dañando
la calidad de los servicios públicos. Necesitamos también una política
presupuestaria que impulse de verdad la inversión y el crecimiento, que
mantenga el poder adquisitivo de las pensiones, que reduzca la
desigualdad y los índices de pobreza, con más programas de lucha contra
el paro de larga duración y una renta mínima garantizada, y que consiga
recursos suficiente a través de un sistema tributario justo y
progresivo, que recorte el fraude fiscal.
Asimismo, la economía necesita una política europea que reactive la
inversión y se sume a la política monetaria expansiva. En este sentido,
el Plan Juncker constituye más un ejercicio de propaganda, que una
apuesta verdadera para sacar a la economía europea de su estancamiento y
de la zona de deflación. El plan plurianual de inversión pública
elaborado por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), mucho antes
de que se eligiera a esta nueva Comisión, sí es, en cambio, un
instrumento eficaz para crear oportunidades reales de empleo de calidad
para los 24 millones de parado que viven en la Unión Europea.