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El estrés laboral duplica el riesgo de enfermedades.
CCOO ASEPEYO
Contra lo que dice la sabiduría popular, un extenso y detallado estudio realizado por científicos británicos del University College London Medical School muestra que no siempre el trabajo es salud: sus conclusiones indican que el estrés laboral crónico y sostenido eleva a más del doble el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Si bien el estrés en el trabajo ya había sido relacionado con enfermedades cardíacas, todavía no se entendía bien por qué. Pero este nuevo estudio, efectuado en 10.308 trabajadores estatales ingleses de entre 35 y 55 años a lo largo de un período de 14 años, indica que hay una relación directa entre el estrés laboral y el síndrome metabólico (SM), que a su vez conduce a la diabetes y enfermedades cardiovasculares.
La investigación se publica en la última edición electrónica del British Medical Journal.
"Se trata de un trabajo muy serio y completo, que abarca a una gran cantidad de trabajadores públicos que se estudió durante muchos años. Los indicadores son alarmantes, ya que detectaron que más del doble de los empleados estatales bajo estrés laboral sufren de síndrome metabólico, una condición que deriva en problemas cardiovasculares y diabetes", afirmó a LA NACION el doctor Daniel López Rosetti, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés.
Según la Asociación Médica del Corazón de los Estados Unidos, el síndrome metabólico es un cuadro clínico que se evidencia cuando se detectan tres de los cinco factores de riesgo metabólico en un paciente: hipertensión arterial (más de 85 y 130 milímetros de mercurio de mínima y máxima, respectivamente), diabetes tipo 2 (no insulinodependiente, es la más común), aumento del nivel de triglicéridos (grasas sanguíneas), disminución del HDL-colesterol o lipoproteína de alta densidad (colesterol bueno) y obesidad central.
El trabajo científico, basado en estudios clínicos y psicológicos, midió el estrés laboral en cuatro oportunidades entre 1985 y 1999. Los componentes del síndrome metabólico, tales como obesidad, hipertensión y altos niveles de colesterol se midieron entre 1997 y 1999. También se tuvieron en cuenta la posición social del empleado y los comportamientos nocivos para la salud, tales como fumar, tomar en exceso y la falta de ejercicio.
Los investigadores encontraron una relación directa entre la exposición a un trabajo estresante y el síndrome metabólico, incluso después de ajustar las mediciones con respecto a otros factores de riesgo. Por ejemplo, los hombres con estrés laboral crónico tuvieron el doble de riesgo de desarrollar el síndrome que aquellos que no lo padecían. Las mujeres con estrés laboral crónico también tuvieron más riesgo de padecer el síndrome, aunque su número entre los sujetos investigados fue menor.
Tanto hombres como mujeres con los empleos más bajos de la escala social fueron los que más riesgo tuvieron de padecer el síndrome, lo que confirma evidencias previas de que el síndrome tiene un ingrediente social.
"El estrés laboral crónico no está relacionado con el nivel de carga laboral, sino con la respuesta individual a ese nivel de carga que tiene una persona -explicó López Rosetti, médico cardiólogo de la Universidad de Buenos Aires-. Es algo similar a lo que ocurre si un mochilero de 90 kilos y otro de 70 cargan unos 30 kilogramos de peso durante una caminata prolongada. Los síntomas de desgaste se van a evidenciar más rápido en el segundo, porque su respuesta individual es menor."
Desequilibrio hormonal
Las conclusiones a las que arribó el equipo de investigadores ingleses evidenciaron que la exposición prolongada al estrés en el trabajo afecta el sistema nervioso disminuyendo la resistencia biológica y perturbando el balance fisiológico natural del organismo (homeostasis). La asociación entre el síndrome metabólico y la exposición a comportamientos nocivos para la salud fue mayor entre hombres que entre mujeres. Una dieta pobre (sin consumo de frutas y vegetales), fumar, beber en exceso, y la inactividad física fueron todos comportamientos vinculados con más riesgo de padecer este cuadro.
"Hay un desequilibrio del sistema nervioso autónomo y del sistema neuroendocrino producto del ascenso de los niveles en sangre de las hormonas del estrés: el cortisol (promueve el aumento de azúcar en sangre y disminuye las defensas frente a agentes infecciosos) y la noradrenalina sanguínea (aumenta la frecuencia cardíaca y la hipertensión arterial)", agregó López Rosetti.
De esta manera, según el especialista, verse sometido a un estrés laboral crónico produce la liberación de sustancias proinflamatorias y protrombóticas, que generan isquemias cardíacas, aumentan la coagulación sanguínea y llevan al paciente directamente a insuficiencias, arritmias e infartos cardíacos y a accidentes cerebrovasculares (ACV).
"Lo más importante de este estudio es que vincula el estrés laboral con las enfermedades cardíacas a través de síndrome metabólico. Cuando la carga laboral es más intensa de lo que una persona puede soportar, el cuerpo y la mente comienzan a manifestar síntomas de agotamiento. Al principio el cuerpo nos susurra, luego nos habla y al final nos grita", concluyó López Rosetti.
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