¿Cual es la fuerza laboral real de una empresa? (2) Si ayer poníamos el ejemplo de sector turístico, hoy hablaremos de la industria de la moda. Tras muchos años de actividad, la RSE, el termino en sí, y al responsabilidad social de las propias empresas siguen totalmente en entredicho. Realmente, es la misma crisis global de credibilidad en la que vivimos. A estas alturas cada vez existe más confusión sobre hasta que punto las grandes empresas del sector textil (o de cualquier sector) se comportan como organizaciones criminales en algunos países o si bien su actividad contribuye al desarrollo de estos. La situación es el resultado de la combinación de la estrategia comercial de las mismas multinacionales (muchas siguen teniendo la RSE en los departamentos de imagen, marca y marketing), con la estrategia comercial de los medios, en crisis (venden noticias), escuelas de negocios, consultoras, y vendedores de certificaciones. El activismo social, gracias al que estamos descubriendo muchos escándalos, también busca sus propios clientes, en un mundo en el que la indignación es un producto comercial más, y en las que las apelaciones a la conciencia social de los consumidores parece que no dan resultados (sí, existe el comercio justo y hay consumidores conscientes, cada vez más estresados. No es suficiente)

 

Desde el movimiento sindical estamos intentando poner orden en toda esta confusión. En el sector textil seguiremos utilizando los recursos que nos ofrece la CSI, el Accord de Bangladesh, la información de nuestras redes sindicales fruto de los Acuerdos Marco Internacionales, y la de las interesantes alianzas con activistas sociales (Clean Clothes, Somo...). Como decíamos ayer, saber cuál es la fuerza laboral real de cada multinacional, y el nivel de control de derechos laborales de esta cadena productiva es una manera de clarificar el mapa. Seguiremos también informando sobre la credibilidad de las certificadores e iniciativas (ver). Artículo recomendado: El programa Salvados y el comunismo (del Observatorio de la RSC). Los artículos de denuncia, sobre casi todas las marcas, son constantes. Uno reciente, en The Guardian sobre Lidl (en inglés)

Responsabilidad social de las empresas, economía colaborativa y gestión del cambio. Es necesario que empresas y sectores se adapten al necesario cambio productivo de una manera socialmente responsable. Cambio tecnológico, cambio climático, adaptación a nuevas y necesarias normas relacionadas con la transparencia y la sostenibilidad... El factor trabajo es el elemento clave. Por eso es tan importante el concepto de transición justa, relacionado con la adaptación al cambio climático pero que va mas allá. Los gobiernos deberían ayudar a que se aborde esta transición justa. No está ocurriendo. Un ejemplo: el sistema no está reaccionando bien frente a la denominada economía colaborativa (dos casos muy conocidos: Uber y Airbn), que sin duda afecta al empleo, por lo que estamos especialmente implicados (ver). Esta tensión se está reflejando en su necesaria regulación, sobre la que incidiremos. En Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) se están poniendo en evidencia esas tensiones (ver artículo en el digital Bez: Estalla la guerra en la CNMC por el informe sobre economía colaborativa) 

Es algo que está ocurriendo también con el abuso del emprendimiento,  por ejemplo. En esencia, el objetivo es que no se incremente la pobreza laboral (o incluso lo que se está reconociendo existe: las nuevas formas de esclavitud) a partir de iniciativas que podrían ser interesantes.

© Boletín editado por la Federación de Servicios de CC.OO

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