La Semana Santa y la demanda internacional, la recuperación del turismo nacional, catapultan los destinos turísticos como el de Baleares, que se asoman a la temporada alta con registros históricos. Mientras los principales indicadores turísticos aumentan en más de dos dígitos, el empleo hotelero aumenta menos de la mitad, con contratos precarios y fraudulentos.
Las cifras acumuladas en el primer trimestre del año, nos informan que el número de visitantes en España ha crecido un 10,79% y las pernoctaciones un 8,35%. La rentabilidad del sector hotelero también ha aumentado durante el primer trimestre de 2016; así la facturación media diaria de los hoteles por cada habitación ocupada (ADR) ha sido de 75,03?, con una subida del 3,90% con respecto al mismo periodo del año anterior, y el ingreso medio por habitación disponible (RevPAR) ha alcanzado los 41,32?, un 11,66% más que hace un año.
Mientras los principales indicadores turísticos en Baleares, crecen en el número de visitantes en un 40.78%, las pernoctaciones en un 34.89%, el número de establecimientos en 8.87%, número de habitaciones un 14.93% y número de plazas en un 17.63%. Estos indicadores turísticos, crecen más que el empleo, ya que este ha crecido en el Régimen General en el 9.58%..
Además el empleo que se está creando es precario, a tiempo parcial y, en muchos casos, fraudulento, ya que se trabajan más horas de las contratadas. En este sentido se mantiene la tendencia que tuvimos el año 2015, donde el crecimiento del empleo es muy inferior al crecimiento de visitantes y pernoctaciones, lo que significa un aumento brutal de las cargas laborales de las personas trabajadoras en el sector.
Según datos de la EPA, en el año 2015, el 69,89% de los contratos indefinidos lo son a tiempo completo y el 30,11% a tiempo parcial; hace un año eran el 82,22% y el 17,78% respectivamente; o lo que es lo mismo, en un año han bajado en un 15% los contratos indefinidos a tiempo completo y han subido en un 69,37% los de tiempo parcial. En el contrato temporal, el 56,70% lo son a tiempo completo y el 43,30% a tiempo parcial, cuando hace un año las cifras eran del 62,85% y del 37,15% respectivamente; en este caso ha bajado casi un 10% los de tiempo completo y han subido más del 16% los de tiempo parcial. La suma de ambos tipos de contrato nos arroja unas cifras muy significativas, mientras el empleo a tiempo completo ha descendido en un 12,37% el del tiempo parcial ha aumentado en un 31,26%. Actualmente el 53,84% del total de contratos son temporales y sólo el 46,16% lo son indefinidos. Esta es la prueba más evidente de lo que venimos denunciando desde el sindicato CCOO, se está destruyendo empleo estable y de calidad por empleo temporal y parcial, y esa tendencia la tenemos que cambiar.
Desde CCOO entendemos que el número de trabajadores y trabajadoras con contratos temporales es tan elevado porque están en fraude de ley. Son contratos realizados con una duración temporal, pero que en realidad están cubriendo una necesidad permanente, e incluso los que están cubriendo una necesidad temporal no están respetando los requisitos exigidos para la celebración de los mismos, ya que se llaman de forma periódica para cubrir las temporadas altas desde el punto de vista turístico por lo tanto su modelo contractual debiera ser de fijo discontinuo.
Este tipo de contrato, que, como hemos visto anteriormente, es el más utilizado por los empresarios del sector actualmente, supone que las personas que acceden al mercado laboral lo hagan de una forma precaria y sin apenas derechos, lo que se viene denominando trabajadores y trabajadoras pobres, personas que aunque consiguen un trabajo, debido a sus condiciones laborales y bajos salarios, no les permiten tener satisfechas sus más elementales necesidades.
Otra fuente de fraude, que busca aumentar la "flexibilidad", es el fenómeno que denominamos "falsos autónomos", trabajadores y trabajadoras que son obligados, por parte de empresarios, a darse de alta en el régimen de autónomos para que aquellos corran con el coste de la cuota de Seguridad Social.
También debemos denunciar el abuso de los contratos formativos en fraude de ley, tanto el de prácticas como el de becarios, ya que en muchos casos se les obliga a cubrir puestos de trabajo habituales para ahorrarse el salario de un trabajador de cualquier categoría, ejerciendo funciones impropias de un contrato formativo -cuyo objetivo no es sino formarse.
A todo ello tenemos que sumarle la subcontratación y externalización a nivel del conjunto de departamentos de los servicios en sectores de hotelería, y, en particular, el departamento de camareros y camareras de pisos, con el objetivo de precarizar más el empleo y no aplicar el convenio sectorial o sea el de Hostelería de Baleares, para rebajar más aún los salarios en cerca del 40% y empeorar sus condiciones laborales.
Otro factor negativo es la precariedad laboral en sus distintas vertientes, que supone una pérdida de profesionalidad y que incide directamente en la calidad de la oferta turística.