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El clamor de la plantilla para el Año Nuevo: Un Ares que funcione
CCOO, junto con la plantilla, lleva años denunciando la herramienta ARES. No dudamos que sea una herramienta útil para cumplir con los requerimientos del omnipresente regulador, o que la anterior herramienta estuviese tecnológicamente desfasada, pero lo que no es admisible y seguiremos poniendo de manifiesto hasta que se solucione, es la nefasta “usabilidad” (uso fácil y sencillo de un programa informático) de ARES y el sufrimiento que viene provocando en la plantilla desde su implantación.
La empresa decía que “la renovación de un Core bancario es un proyecto largo, complejo, costoso y no exento de riesgos por los grandes cambios que implica”, y el tiempo les ha dado la razón: largo – es interminable, complejo - que lo usen en la oficina con clientes y ya verán, costoso - ¿Quién sabe cuánto va a terminar costando?, y no exento de riesgos – sobre todo riesgos psicosociales con nuestra salud por los suelos.
Recientemente se han publicado las próximas mejoras y novedades para el año 2023, que no son sino parches, porque siguen sin solucionar la usabilidad del programa, el principal problema de ARES, y amenazan con seguir desbordándonos como hasta ahora, temblando estamos, y es que, se está llegando a unos niveles donde todo lo que toca el ARES genera una incidencia: renovaciones, operaciones nuevas… TODO, TODO Y TODO.
A modo de ejemplo de cómo estamos, algunos casos ilustrativos:
- Apertura una cuenta: Una hora, con suerte, en tramitar un alta de cliente con cuenta y capital social. No digamos ya si es una empresa y son varios apoderados.
- La gestión de impuestos, otra maravilla. Con lo fácil que teníamos tratar los recibos de impuestos domiciliados y ahora que sí Tareas, que sí consulta aquí o allí.
- Pasar un expediente de un estado a otro: nos las vemos y deseamos. Expedientes que si se modifica una coma ya no se puede continuar, si no volver a empezar DE NUEVO todo el proceso… UNA LOCURA.
- Propuestas nuevas o renovaciones de activo, con circuitos que siguen siendo muy complejos, donde la Red no tiene forma de contactar con los departamentos que tienen los expedientes (CAT, CA, Grabación, etc.) y donde los plazos de gestión se alargan semanas, cuando no meses. Es tanta la demora en algunas renovaciones que no llegamos a tiempo al vencimiento y el cliente recibe “su burofax de no-renovación”, con el consiguiente rebote de este que aunque luego, a posteriori se subsane, el daño ya está hecho.
El ARES lo está sufriendo toda la Entidad, pero una vez más, es EL PERSONAL DE LA RED única y exclusivamente el que tiene que dar la cara ante el cliente. Un cliente cada vez más exigente y al que no podemos dar un plazo razonable de respuesta, lo que produce una pésima imagen de marca y una frustración en la plantilla que quiere dar un buen servicio y trabajar con normalidad.
Realmente el sistema está haciendo honor a su nombre, ARES… El Dios de la Guerra. Y a fe nuestra, guerra es lo que nos está dando. Por favor, no nos torturen más, tengamos este Año Nuevo un ARES que funcione. La plantilla NO AGUANTA MÁS esta situación.