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#MañanaPodriasSerTú
LOS TRIBUNALES NOS DAN LA RAZÓN
Cuatro años. Ese es el tiempo que ha durado la lucha de nuestro compañero contra la empresa.
Pero esta vez, la justicia ha hablado a nuestro favor: una sentencia firme del Tribunal Supremo, sin posibilidad de recurso, ha declarado que el despido fue improcedente.
Cuatro años. Ese es el tiempo que ha durado la lucha de nuestro compañero contra la empresa. Y, lamentablemente, ya no sorprende que esta entidad presuma de tratar a su plantilla con desconfianza, partiendo de la premisa de que, para ésta, somos presuntamente culpables.
Cuando un compañero o compañera comete un error, automáticamente se asume que lo ha hecho deliberadamente y para su beneficio personal, y la empresa no duda en adornar y reinterpretar los hechos para sostener esa narrativa. Así ocurrió en el año 2020, cuando despidieron a nuestro compañero bajo acusaciones infundadas.
No es un caso aislado. Son numerosos los compañer@s despedid@s o sometid@s a sanciones. La entidad, orgullosa de su "jurisprudencia" en estas circunstancias, parece ignorar el impacto humano de estas decisiones. Pero esta vez, la justicia ha hablado a nuestro favor: una sentencia firme del Tribunal Supremo, sin posibilidad de recurso, ha declarado que el despido fue improcedente.
El fallo es contundente. El alto tribunal ha señalado que:
- No consta ninguna irregularidad en la gestión del compañero como director de sucursal.
- No se advierte manipulación, ocultación o falsificación alguna en su labor profesional.
- La empresa, en caso de considerar inadecuado su proceder como usuario, debía haberlo advertido previamente, en virtud del principio de buena fe.
- Se evidencia un exceso en el ejercicio del “ius puniendi” empresarial, tal y como indica textualmente la sentencia, resultando en un proceso inquisitivo y desproporcionado.
A pesar de este triunfo judicial, el daño moral ya está hecho. Cuatro años de incertidumbre y desgaste personal que no pueden repararse con una sentencia. ¿Quién responde por ello?
Es momento de reflexionar. ¿Quién supervisa al que supervisa, cuando se exceden en su cometido? ¿Por qué en este caso no se valoraron las alegaciones presentadas tanto por el afectado como por la representación legal de los trabajadores, antes de tomar decisiones tan graves?
Desde aquí exigimos que la empresa tome nota, sea más rigurosa y actúe con justicia en el futuro.
Piénsalo, mañana podrias ser tú.