Ante
los distintos comunicados de prensa que se han hecho públicos por
los diferentes candidatos a la presidencia de RACE, en CC.OO. queremos
manifestar nuestro más profundo desacuerdo con muchas de las cosas de las que
se están afirmando y con algunos planteamientos que, creemos perjudican notoriamente
los intereses del conjunto de la plantilla en el seno del grupo empresarial.
Queremos dejar claro que CC.OO. no apoyamos ninguna candidatura en particular, pero sí que es cierto que creemos que los contenidos de algunas de ellas, podrían poner en riesgo la estabilidad que las empresas y el club necesitan en estos momentos. De alguna manera, no es correcto que la mayoría de los trabajadores y trabajadoras tengan un interés especial en un candidato en concreto tal como se ha dicho. Por el contrario, entre la plantilla existe una desconfianza generalizada sobre el proceso.
En CC.OO. pensamos que es necesario recuperar la ilusión y las expectativas de negocio. Por esa razón nos hemos reunido o hemos mantenido contacto con la mayoría de los candidatos, a fin de transmitir nuestras preocupaciones y lo que, a nuestro parecer, deberían ser las líneas de desarrollo.
A juicio nuestro no es sólo una cuestión de quien ofrezca obtener una mejor cuenta de resultados. Creemos que también se trata de dar valor a los servicios que prestan el club y las empresas, de desarrollar nuevas actividades y de hacerlo de una manera sostenible para crear empleo estable y de calidad.
En Comisiones Obreras creemos que, sobre el papel, hay candidaturas que plantean alternativas profesionales y respetuosas con la imagen y el objetivo social de RACE. Pero las personas que conocemos el entorno, también leemos entre las líneas de algunas candidaturas intereses individuales y sentimientos revanchistas, que sin duda harán de éste uno de los procesos más difíciles de los últimos años.
Nos produce una gran contradicción la candidatura del actual presidente, Ramón García-Moliner. Pese a que su proyecto de escisión-venta y las cuentas del año 2010 obtuvieron un contundente rechazo en la última asamblea del mes de junio, éste se presenta con la misma propuesta. El Presidente se reitera en la necesidad de vender las empresas del grupo porque estas podrían poner en riesgo el patrimonio del club, pero paralelamente publica que este año espera obtener un EBITDA de siete millones de euros. De todos es conocido que las empresas responden con su propio patrimonio y con su fondo de reserva, pero nunca con el patrimonio del Club Social.
Este tipo de mensajes además de parecernos imprudentes, genera una innecesaria incertidumbre entre nuestros clientes que pone en peligro la negociación de importantes cuentas de colectivos así como muchos puestos de trabajo ligados a las mismas.
Además,
las declaraciones del Presidente en el diario Expansión donde afirma que la
salida de los 135 empleados se ha llevado a cabo mediante bajas incentivadas y
voluntarias, hieren a la verdad y a la justicia. La inmensa mayoría de las casi
200 bajas que se han producido en estos dos años de mandato han sido aplicando
la figura del despido disciplinario, aceptando por parte de la empresa la
improcedencia del despido para así poder eludir la justificación de la medida
ante la autoridad laboral.