De todos los argumentos que estamos utilizando para intentar influir para que empresas y gobiernos tengan un compromiso serio con la sostenibilidad (asuman su Responsabilidad Social), el de evitar riesgos nos parece el más importante e incontestable. Riesgos para las generaciones futuras, riesgos para el planeta, riesgos para Estados y empresas, riesgos para los trabajadores (el cortoplacismo siempre es un riesgo para nosotros). Sin tener en cuenta esto, seguiremos teniendo crisis sociales, medioambientales, de desigualdad, crisis financieras, industriales, crisis de credibilidad. Y por supuesto, también crisis de la gestión real de la RSE, casi permanente. Se llame sostenibilidad, RSC o RSE, insistimos: dado el poder alcanzado por las multinacionales (como puede verse, por encima de los Estados), no hay nada más urgente que incidir en la Responsabilidad Social de las empresas, independientemente de lo que estas entiendan por RSE.
La Confederación Sindical Internacional (CSI) es la voz de las y los trabajadores a nivel mundial. Tal como manifestó Ignacio Fernández Toxo en el Congreso Trabajo, Economía y Sociedad (ver vídeos y ponencias), CCOO, debe ceder soberanía -y lo está haciendo- a las organizaciones sindicales globales: a la Confederación Europa de Sindicatos (CES) y a la CSI. Las multinacionales hace tiempo que se globalizaron y su poder, sin un adecuado contrapeso, está causando continuas crisis sistémicas.
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@jcarlosgonz